Las aventuras de la tercera generación no se limita solo para los más grandes, ahora los más pequeños ya no lo son tanto y empezaran a ver un mundo lleno de posibilidades a los que tendrán que enfrentarse, mientras los mayores deberán emprender nuev...
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Molly mira con ternura a su prima que observa el lago mientras inconscientemente acaricia su voluminoso vientre, el cual es más grande de lo que debería para tener seis meses. Nique desprende tanta tranquilidad y se imagina que es por el efecto de la magia que su cuerpo transmite al bebé en forma de protección.
—¿Ya decidieron los nombres?
—Tengo la idea, pero no lo sé.
—¿Por qué?
—Digamos que me gusta el nombre Jacqueline.
Molly agradece estar sentada porque de haber estado de pie jura que se iba de espaldas.
—¿Jacqueline? ¿Cómo Jackie Kim? —Nique no es de ponerse roja o dudar de sus ideas, Molly sabía que si Nique se quería lanzarse de un puente ni lo dudaba, pero al verla sonreír con algo de indecisión sabe que sin duda está haciéndolo.
—Lo sé, me gusta el nombre de la ex de Dylan, pero ella nunca se portó mal e incluso dejó ir a Dylan sin hacer dramas. ¿Por qué no?
Sí, Jacqueline sin duda era la ex novia del año, no solo ella les dio la idea de casarse en París, sino que había sido la primera en darle un obsequio a la pareja al enterarse de su embarazo.
—¿Se lo has dicho a Dylan?
—Eres la primera en saberlo, pero en parte ella fue la patada que necesitaba para dejar de alejar a Dylan, tal vez si no fuera por ella todavía seguiría aparentar odiarlo y mi pequeña no estuviera aquí —responde mientras abraza su vientre mientras la más hermosa de las sonrisas se le forma. ¿Acaso todas las embarazabas se iluminan desde el interior en esa etapa? Sin duda Clary se había puesto preciosa en el tercer trimestre, sus ojos tan azules y brillantes como las más caras piedras de zafiros. ¿Los suyos se volverían igual de brillantes?
—¿Por qué se volverían más brillantes? —pregunta su prima haciendo que caiga en cuenta que ha hablado en voz alta. Nique la observa de arriba abajo y cae en cuenta que Molly ha estado tocando su vientre. —¡Oh por Merlín!
—¡No lo grites! —dice tapándole la boca a su prima. —Todavía no quiero que nadie se entere.
Nique retira su mano antes de hablar.
—¿Por qué no? ¿Tienes miedo? ¿Es por Orión? —con lo último Molly entristece su cara haciendo que Nique se enoje. —¿Ya lo sabe? ¿Qué te dijo? Si te dijo algo hiriente lo mataré o haré que Dylan lo haga.
Molly se sorprende que pese a tener un prominente vientre Nique sea capaz de moverse con tanta agilidad como lo hacía antes de estar embarazada.
—No Nique, no es eso —le dice jadeando pues si algo es Nique es alta y enojada da pasos muy largos para el gusto de Molly. —Todavía no se lo digo.
—¿Entonces?
—Yo no estoy segura de tenerlo —susurra temblando pues es la primera vez que lo dice en voz alta.
