Las aventuras de la tercera generación no se limita solo para los más grandes, ahora los más pequeños ya no lo son tanto y empezaran a ver un mundo lleno de posibilidades a los que tendrán que enfrentarse, mientras los mayores deberán emprender nuev...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Pero qué bonitas son.
Ese es el primer pensamiento que tiene Molly cuando observa a las pequeñas bebés que en ese momento duermen tranquilamente cerca de su agotada madre. Sin duda el nacimiento de Hope y Jakeline tenían a la familia en un total alboroto por conocer a las pequeñas que habían llegado a las treinta y seis semanas, lo cual era bueno para asegurar su buen estado de salud y por si acaso Livvie y Victoire se habían encargado luego del parto. Sin duda la doctora Morgan tuvo sus dudas sobre permitirles tratar a las bebés, pero la mujer no es tonta, sabe que esa familia no es muy normal que se diga así que no se sorprendió mucho cuando luego de las pruebas realizadas mostraran un desarrollo perfecto en sus pulmones.
Estoy segura que sentiré lo mismo por ti cuando nazcas.
Molly no se acostumbra al tamaño que su vientre ha tomado en los casi tres meses que habían pasado, se ha abultado y redondeado tanto que para su tamaño y contextura delgada le hace parecer un hilo con un nudo en el medio. Claro que al menos podía sentir alivio de que al crecer su vientre era una señal de que su bebé estaba creciendo sano sin obviar que empezaba a sentirse emocionada además de no poder evitar contagiarse por el entusiasmo de todos al su alrededor y aun así cuando su bebé la pateo por primera vez lo único que pudo hacer es ponerse a llorar.
—Pero miren a quién tenemos aquí, la pelirroja más bonita —Molly al escuchar la voz de su tía Pansy sonríe. —¿Cómo están?
—Cuando llegué todas estaban dormidas, pero quise quedarme.
—¿Y cómo te encuentras tú? —Esa pregunta se repetía constantemente cuando veía a alguien de su familia pues todos estaban al tanto de su problema inicial de empatizar con su bebé.
—Me siento extraña cuando se mueve —responde con sinceridad. Dado que parte del tratamiento era hablar de sus sentimientos optó por decir siempre lo que pensaba, sin mentirse a sí misma, sobre todo.
—Es curioso como cada una pasa por cada cosa en el embarazo —le dice su tía riéndose un poco haciendo que Molly la mire curiosa. —A mí me asustaba que no podía sentir a Lily moverse, el único que podía sentirla era Albus y Daphne que era mi medimaga. ¿Quieres que te lo cuente? Ya sé, te mostraré el recuerdo que tengo junto al de Albus.
Era de las ocasiones en las que Harry tenía una misión fuera del país y en las que permanecía lejos de su familia por más tiempo del que querría y para variar era una noche en la que estaba lloviendo por lo que Pansy estaba teniendo problemas para dormir, hasta que lo logró o bueno estaba cayendo al mundo de los suelos cuando Pansy se pone alerta al escuchar como la puerta de su habitación se abre y se escuchan unos pocos pasos. Armándose del valor que se le ha pegado de su esposo se sienta en la cama y mira hacia su derecha donde se encuentra con dos pares de ojos verdes, que reconoce de inmediato haciéndola respirar aliviada.
— ¿Qué paso mis pequeños? — les pregunta a sus hijos que tienen caritas asustadas.
— Tuvimos una pesadilla. — dicen al mismo tiempo llamando la atención de su madre.