Sobre venganza, cupido y proyectos

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La venganza, ¿qué es la venganza? Para muchos, un simple deseo que se anhela, pero que ya sea por motivos de ética o falta de posibilidades es imposible de cumplir. Sin embargo, para otros la venganza es un plato que se sirve frío, pero es delicioso. Sí, a veces se demora, se tiene que armar de paciencia, pero la recompensa es muy satisfactoria.

—Definitivamente ha valido la pena esperar —dice el joven tocando el pálido rostro de la joven pelirroja que tiene enfrente. Pobre Rosebud, moriría lentamente, sin que nadie pueda hacer nada y para su mala suerte, sola. —Tranquila Rosy, no morirías sola, eso te lo aseguro.

Todavía había unos cabos que debía amarrar, un objeto que debía encontrar y unas cuantas personas que capturar, pero eran detalles insignificantes. Podía esperar, después de todo había esperado seis años, unas cuantas semanas o meses no tenían por qué ser problema.

—Duerme mi bella durmiente, duerme que cuando despiertes desearas no haberlo hecho —le susurra antes de besar su frente y salir de la habitación.

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"Necesito tu ayuda"

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"Necesito tu ayuda"

Cuando Kitty recibió ese mensaje de Tessa sin duda se sorprendió, pero dado que era curiosa no podía negarse a conocer algo interesante.

—Buenos días señorita —le dice la pequeña elfina que le abre la puerta. —La joven ama me dijo que usted vendría. Acompáñeme.

Mientras camina hasta donde sea que Tessa se encuentra admira lo glamuroso y a la vez antiguo que luce el hogar de su amiga. La verdad es que siempre quiso conocer una de las ancestrales casas de los veintiocho sagrados, pero dado que sus tíos luego de la guerra quisieron alejarse lo más que pudieron de esos lugares que tanto dolor les traía nunca tuvo la oportunidad de hacerlo.

El lugar tiene un aspecto precioso, elegante y muy antiguo, que le recuerda un poco al aspecto que tienen los salones del palacio de Buckingham. Definitivamente la familia Flint tenía un gusto exquisito y empezaba a entender por qué Tessa tenía un aspecto tan refinado, era genético.

—Mi joven ama está aquí, pase por favor.

La enorme biblioteca que se abre a sus ojos le hace desear suspirar ya que es preciosa. Los diversos estantes que van del suelo al techo, los enormes ventanales con vista hacia el maravilloso jardín y en un rincón donde está un juego de sillones de color arena además de un escritorio donde se encuentra una castaña rodeada de libros.

Kitty sonríe mientras camina con cuidado de hacer ruido hasta llegar con Tessa. Una vez que ha llegado se inclina hacia ella y se permite observarla. Al parecer estos días había estado ocupada, después de todo se había obstinado en terminar la carrera y se evidencia en las ojeras que marcan su rostro, pero parecía que había algo más, lo sabía por el ceño fruncido que tenía.

—Tess —le dice sacudiéndola un poco, pero solo obtiene murmurros. —Tessa.

—Hoy no papá, no quiero jugar —susurra provocándole una sonrisa.

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