Una boda desastrosa (Parte 2)

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Tessa lleva parada más de cinco minutos delante de la puerta de su madre sin atreverse a tocar y no es que temiera que no estuviera, es solo que temía como se tomaría lo que había estado haciendo durante el último mes

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Tessa lleva parada más de cinco minutos delante de la puerta de su madre sin atreverse a tocar y no es que temiera que no estuviera, es solo que temía como se tomaría lo que había estado haciendo durante el último mes. Estaba nerviosa, a pesar de ser más fuerte, más determinada e incluso más independiente había una parte de ella que deseaba agradar a su madre y aparte quería hacerla feliz.

Por favor, no te enojes.

Espera menos de un minuto cuando el pequeño elfo la mira con alegría de volver a verla, ahora ya de pie, aunque se sorprende por el cambio que hay en su cabello, pero bueno, no tenía ganas de discutir de su cambio de look cuando ni ella terminaba de acostumbrarse y solo contaba los días para regresar a su habitual imagen.

—Podrías llamar a mi madre, ¿por favor?

—Enseguida señorita, siéntense —le indica la pequeña criatura antes de aparecer un pequeño juego de té con galletas y desaparecer.

Tessa mira su reloj antes de tomar una de las galletas, le quedaban todavía cuatro horas para la boda, pero estaba segura que todo estaba bien, después de todo estaban a cargo de cada detalle dos Malfoy, una Granger y una Hamilton, si algo salía mal alguien iba a ser hechizado, como mínimo.

—¿Theresa? —escucha a su espalda por lo que se pone de pie para mirar a su madre que claramente la mira muy sorprendida. Genial, no iba a soportar esas miradas por más de un mes, pero todo fuera por Kitty.

—Hola mamá.

—¿Puedo preguntar?

Tessa sabe que para explicar su color de cabello debe contarle la verdad así que le pide que tome asiento y antes de hablar saca de su bolso el diario de su madre.

—Así que terminaste de leerlo —dice tan impasible como siempre, aunque no le pasa por alto como acaricia con cariño la tapa del cuaderno.

—A pesar de que dices que tu corazón ya no funciona, no lo creo, todavía existe esa chica de corazón esperanzado que ansiaba conocer el amor —. Su madre pone los ojos en blanco antes de dedicarle una mirada arrogante, pero que esta vez no se deja amedrentar, a pesar de la fuerte coraza que tiene su madre, esta vez no se rendirá hasta atravesarla. —Mamá, amaste a alguien de forma que estabas dispuesta a dar tu vida y a pesar de lo que escribiste me amaste lo suficiente para tenerme, ¿acaso no lo ves?

—Theresa, estás siendo demasiado sentimental, yo no sentí las benditas emociones en el embarazo, no suspiré con amor cuando naciste, no tenía la necesidad de dar consuelo.

—No, pero pudiste no tenerme, pudiste irte y dejar que la vida se te fuera sin importar que me llevaste en el vientre. Yo te quiero mamá y sé que me quieres, me quieres porque te recuerdo a la chica que fuiste, porque me parezco a tía Brenda.

Su madre aparta la mirada, demasiado abrumada por lo que ella le ha dicho, tal vez demasiado abrumada porque nombró a su tía y a su amor perdido.

Historias y aventuras de una nueva generación IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora