Historias de fantasía

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El día para Themis había comenzado muy diferente a otros, especialmente porque era su primer día de permiso de maternidad

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El día para Themis había comenzado muy diferente a otros, especialmente porque era su primer día de permiso de maternidad. Aunque le fastidiara dejar de trabajar era consciente que estaba cargando una vida y debía proteger a su pequeña hasta que estuviera lista para salir de su vientre dentro de un mes y medio. Es así que había despertado más tarde de lo acostumbrado y se había preparado lentamente para ir a su clase prenatal, además de que le daría un poco de tiempo para pensar qué diablos haría durante su tiempo libre dado que prácticamente desde que dio el anuncio toda su familia se había dedicado a preparar todo para la llegada del bebé y sus por lo menos cinco años siguientes.

—Ya nos las arreglaremos, ¿verdad Agatha? —se dice una vez que se ha acomodado los zapatos. Si una cosa agradecía era poder utilizar magia porque de otra manera se hubiera visto obligada a utilizar pantuflas el resto del embarazo ya que prácticamente había dejado de ver sus pies. ¿Le molestaba? No en realidad, estar tan enorme era sinónimo de que su bebé seguía creciendo, pero sí había ocasiones en las que sus hormonas se volvían locas provocando que pareciera una manguera.

Mientras camina hacia el auto donde Kevin la esperaba piensa en que debería ir a ver a Rose. Le dolía mucho la situación de su mejor amiga ya que ni siquiera podían encontrar la razón por la que su salud se hubiera ido al traste y parecía que estaba en una batalla contra reloj ya que cada día parecía más muerta que viva.

—Señorita, ¿cuánto tiempo se tardará? —le pregunta su chofer mientras le ayuda a bajar.

—¿Tienes algún pendiente? —El hombre se sonroja un poco y asiente algo avergonzado. —No te preocupes por mí, no iré a ninguna parte.

—¿Está segura señorita? Si su padre llega a enterarse...

Definitivamente su padre no tenía por qué enterarse, además no tenía prisa y sabía que debía ser urgente o él ni siquiera se hubiera atrevido a preguntarle.

—Tú ve tranquilo —le responde para ingresar al edificio, aunque se queda parada en la puerta hasta que observa cómo Kevin se marcha. Está por ingresar cuando escucha que la llaman y se sorprende al ver a un agitado Mark acercarse a toda prisa. —Mark, pero...

—Gracias a Merlín te encuentro Them, debes venir conmigo —dice el castaño tomando su mano.

—¿Qué sucede?

—Es Rose, está muy mal y pensé que querrías verla, tal vez muera —le responde muy afectado y prácticamente tiene que usar sus reflejos porque ella se tambalea de la sorpresa. —Por favor Them, no te vayas a desmayar ahora.

—No, tranquilo —responde casi susurrando mientras intenta recuperar un poco su equilibrio. —Debería llamar a James.

—Él me envió y estoy en mi auto así que vámonos.

Con ayuda de Mark lográ llegar al auto utilizando toda su fuerza para no ponerse a llorar, no podía hacerlo, tenía que ser fuerte. Mark viéndola tan intranquila le pasa una botella de agua que ella agradece.

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