Un final mejor para tener un inicio al fin

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¿Qué es el adiós? Para muchos es una simple palabra que se utiliza con tanta frecuencia que parece ser insignificante, después de todo es casi seguro que volveremos a encontrarnos, se la utiliza con tanta facilidad sin saber que tal vez un día la ...

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¿Qué es el adiós? Para muchos es una simple palabra que se utiliza con tanta frecuencia que parece ser insignificante, después de todo es casi seguro que volveremos a encontrarnos, se la utiliza con tanta facilidad sin saber que tal vez un día la utilicemos por última vez porque la vida es impredecible y nos lleva por caminos que menos esperamos. La última vez que le dije adiós a mi padre fue con la intensión de reunirme horas después con él para ver películas y comer hasta rodar, como los viejos tiempos. Sin embargo, ahora estoy aquí delante de todos ustedes a punto de pronunciar esta palabra a la persona que me amó de tal manera que incluso dio su vida para protegerme.

Ronald Weasley era una persona simple, pero no por eso ordinaria. Lo caracterizaba su gran corazón, su ingenio que en su juventud menosprecio y su capacidad de dar las peores palabras de ánimo del mundo porque tenía la sensibilidad de una piedra; no obstante, lo compensaba dando los mejores abrazos del mundo, cuando estaba en los brazos de mi papá sabía con seguridad que todo estaría bien.

La pena de perderlo es indescriptible, todos los que lo conocieron sabrán que la vida ha perdido un poco de brillo, hemos perdido a alguien que te ayudaba a creer en la inocencia y bondad del mundo, en que se puede dejar de lado los prejuicios y ser mejor persona si así se desea. Estoy segura que no quiere que estemos tristes tras su partida, él siempre quería la felicidad de sus seres queridos y la mejor forma de honrar su memoria es ser felices.

Te quiero papá y esto no es un adiós, solo es un hasta luego.

Rose regresa de sus recuerdos sobre el discurso que dio en el homenaje que le dieron en el ministerio a su padre ya que es mejor pensar en esos momentos donde las personas que más quisieron a su padre hablaron sobre el toque de magia que daba su presencia, que pensar que está de nuevo acercándose al lugar donde lo vio morir.

—¿Estás bien? —Lyssander aprieta su mano con fuerza de seguro tratando de llamar su muy perdida atención.

—Me perdía en los recuerdos, ya sabes, últimamente me pasa mucho.

Cada vez que el dolor amenazaba con llenarle de nuevo los ojos de lágrimas, que el nudo que parecía intentar asfixiarla la única defensa que podía poner era pensar en momentos esporádicos que tuvo con su padre. Le hacía bien pensar en él, en sus mejores momentos porque no quería llenarse la mente de los últimos momentos que fueron horribles y contrastaba de forma terrible con lo que había sido una vida llena de cariño.

—Esa cabeza roja ya se fundió —comenta su hermano rodeándole los hombros con su brazo mientras le alborota un poco su cabello.

—¿Te debo recordar que también eres pelirrojo?

—Pero yo soy fabuloso —responde con una sonrisa que le provoca darle un codazo cariñoso.

Esa era otra de las formas que tenía para consolarse, Hugo. No es como si él fuera idéntico a su papá, pero, la forma a veces sin filtro que tenía para hablar, sus cálidos brazos y sus a veces imprudentes comentarios le reconfortaban.

Historias y aventuras de una nueva generación IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora