Recuerdos de Hermione

667 35 8
                                    

Una pareja se encontraba en la Sala Común mirándose a los ojos, con las manos entrelazadas.

Harry - dijo Ginny-  No sé cómo preguntarte esto... ¿Ya no hay ningún mago oscuro al cuál temer? ¿Ningún peligro del cuál debas protegerme con o sin mi consentimiento?

No, Ginny, ya no lo hay. Dijo Harry sonriendo.

¿Entonces, Harry?

- Entonces, Ginny... no sé si es el mejor momento para esto... todo es demasiado reciente.

- Harry, este es el momento ideal para ser feliz. Necesitamos alegría en nuestras vidas.

- De acuerdo. Ginny, ¿me harías el honor de ser mi novia de nuevo?

Sí, claro que sí

Se unieron en un ansiado beso, se abrazaron y poco a poco el sueño les fue venciendo.

En ese momento, Hermione ya se encontraba en el cuarto de los chicos. Se cambió de ropa y se dio una ducha antes de tumbarse de nuevo al lado de Ron. En un principio, sólo le miró. Más tarde, empezó a acariciarle el rostro. Cuando llegó a su nariz se acordó del día que se conocieron, cuando él la tenía manchada. Era curioso cómo habían cambiado las cosas, en aquel momento le había parecido un niño sucio, grosero y maleducado.

Quizás empezó a darse cuenta de lo que sentía por él a finales de segundo año, cuando le enterneció saber que el chico había estado en permanente vigilancia en la enfermería mientras ella estuvo petrificada. En tercero se dio cuenta que las peleas con él por sus mascotas la afectaban demasiado. Después vino el baile, dónde dejó claramente en evidencia sus sentimientos al gritarle a Ron que la próxima vez fuera él el primero en pedirle una cita y no dejarla como último recurso. Con Lavender, todo se desmoronó. Su mundo, sus creencias... todo se vino abajo. De verdad que Hermione pensaba que (¡por fin!) ella y Ron estaban empezando algo. Él aceptó su invitación para ir juntos a la fiesta del profesor Slughorn, era muy cariñoso en las rondas de preceptos... incluso en las últimas semanas, cuando estaban solos, la cogía de la mano y la hacia cosquillas con los pies por debajo de la mesa... ella temblaba y se desconcentraba totalmente en esos momentos... pero luego todo se derrumbó con la llegada de la rubia tonta.

Sin embargo, Ron había madurado mucho últimamente. Durante el verano de sexto curso, la elogiaba y mimaba más que nunca. Ella estaba confundida y un poco avergonzada, pues la familia de él, obviamente, también se estaba dando cuenta de este cambio de actitud. En la boda, después de sacarla bruscamente a bailar, Ron le confesó que se había esforzado por ser más rápido esta vez y que ella siempre iba a ser su primera opción. Ante estas palabras, ella hizo un gran esfuerzo personal por no tirarse a sus labios... "No, aquí no puede ser nuestra primera vez... imagínate que me rechaza frente a toda su familia". En ese momento levantó la mirada de los labios de Ron y vio como Fred, George y Ginny le estaban haciendo señas a su hermano para que besara a Hermione... cuando se dieron cuenta que la chica les estaba mirando, dejaron de hacer mímicas de besos y empezaron a disimular... Ron se percató de que ella había visto el espectáculo y sus orejas se pusieron rojas. Dijo que iría por unas bebidas y en realidad salió a perseguir a sus hermanos, que reían sin parar. Hermione también rió, aún sabiendo que la magia del momento se había roto.

Y es que los hermanos de Ron no eran demasiado discretos con la situación. Cuando Ron no estaba delante, Fred y George llamaban a Hermione "cuñadita". De hecho, una vez la llamaron así delante de Arthur. Hermione quiso morirse de la vergüenza, pero Arthur simplemente le dirigió una dulce sonrisa que la tranquilizó. Fred fue muy directo con ella, cuando en navidad de sexto curso fue a visitarla en medio de una comida familiar y le pidió explicaciones sobre qué había pasado entre ella y su hermano y porqué su nombre se había convertido en tabú en La madriguera. En saber que Ron tenía novia (¡una novia que no era Hermione!) lo entendió todo. Abrazó a una Hermione llorosa y le pidió tiempo para que "el troll de mi hermano valore lo que tiene delante". Bendito Fred, él era el principal protagonista del plan que Hermione estaba ideando junto con Dumbledore, estaba segura que los riesgos a correr valdrían la pena.

Ginny también era indiscreta. Ella preguntaba regularmente a Hermione por sus sentimientos hacia su hermano, pero la castaña era muy cabezota y nunca le respondía. Un día Hermione, mientras ayudaba a Molly a fregar los platos, se quedó viendo a Ron desgnomizar el jardín a través de la ventana. Ginny rió y dijo "Hermione, ¿aviso a Luna de que has encontrado un snorknack de cuernos arrugados? porque con esa cara que se te ha quedado estoy segura que acabas de ver algo maravilloso". Hermione enrojeció aún más cuando Molly la miró y le dijo "Estoy segura que no hay nadie mejor para mi hijo que tú".

El resto de hermanos de Ron también quisieron opinar sobre el tema. Bill fue delicado y un día que se quedó con Hermione sólo en el salón le dijo las siguientes palabras: "A veces las flores más bellas son las que florecen más tarde. Ron aún necesita tiempo, pero te aseguro que la espera valdrá la pena". Charlie, fue más directo, un día que Hermione y Ron habían tenido una gran pelea, fue tras ella y tras pasarle el brazo sobre los hombros le dijo "¿Sabes, Hermione? Pelearías menos si invirtierais vuestra energia en un par de revolcones". Hermione, por una vez, no tuvo una réplica mordaz. Quedó congelada ante el comentario. Charlie sonrió, le dio un apretón amistoso y se alejó.

La idea de ir más allá con Ron surgió en su mente de manera regular a lo largo de su aventura con los Horrocruxes. La primera noche en la Mansión Black él se dio cuenta que ella no podía dormir y le tendió su mano. "No la sueltes", le pidió la chica. "Nunca lo haré", contestó él. A partir de esa noche, y sin que Harry lo supiera, ambos compartían habitación y, aunque estaban en camas separadas, siempre se cogían de las manos antes de dormir. Era su estrategia para evitar las pesadillas.

Después de la tortura en casa de los Malfoy, Ron quedó visiblemente afectado. Cuando Hermione despertó él sólo lloraba, no era capaz de hablar. Cuando se calmó Ron le dijo que quería pedirle algo: "Hermione, si salimos vivos de esta, júrame que nos dejaremos de tonterías... no más Vickys, no más Lavenders... esta vez haremos las cosas bien, ¿sí?". Ella, aún completamente dolorida, sonrió y afirmó con un movimiento de cabeza. Bien, no era el "Hermione, te amo" que ella quería oír desde tanto tiempo atrás, pero se acercaba bastante...

Y, de nuevo, su mente voló al beso frente a la Sala de los Menesteres. Para ser justos, fue ella quien le besó a él... pero él respondió con entusiasmo... eso significaba algo, ¿verdad? Estaba segura que ese sería el recuerdo que ella usaría durante mucho tiempo a la hora de conjurar su Patronus.

Mientras pensaba en todo esto, Hermione seguía acariciando la cara de Ron. Poco a poco, bajó por su cuello y empezó a acariciar su pecho. Él gimió ligeramente... Y allí estaba Hermione, tumbada sobre Ron en su cama y con una mano bajo su camiseta, acariciando el pecho del muchacho... en esa situación tan comprometida se encontraba Hermione cuando Molly Weasley abrió la puerta y se quedó congelada ante la escena.

....

¡Gracias por leer!

La decisión de HermioneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora