Cuando vives en un mundo mágico, las casualidades no existen. Hermione sonrió al darse cuenta que había llegado en un momento crucial de la historia, ante ella se desplegaba una escena que deseaba conocer mejor. Si conseguía escribir una nueva versión de "Hogwarts: una historia", estaba segura de dedicarle un capítulo entero a lo que estaba a punto de presenciar.
Bajo la capa, en el despacho del director, podía ver cómo Snape conversaba con el retrato de Dumbledore. El anciano director intentaba apaciguar el ambiente:
- Será esta noche, Severus, lo sé. Las paredes del castillo tienen oídos y ellas me han contado el plan. Esos chicos son todo valentía.
- Lo que son es unos estúpidos, Albus. ¿Cómo pretenden poder robar la espada? Les convendría ser menos valientes y pensar con la cabeza.
- Severus, a veces es importante dejar que el corazón nos guíe. En fin, gracias a su acción, Tom se pondrá sobre aviso y deseará llevar la espada a un sitio más alejado. Será la oportunidad fantástica para hacer una copia. Después ya buscaremos la mejor manera de llevarle la original a Harry. Es una suerte que el profesor Black nos mantenga tan bien informados.
- Albus, ¿ha pensado en el castigo de los chicos cuándo los pillemos robando? Debe ser algo creíble.
- Mándalos al Bosque Prohibido con Hagrid.
- ¿Y eso es un castigo?
- Recuerda que sólo debe serlo a ojos de Tom. Alguien se acerca, Severus.
Hermione vio como Snape se desvaneció a sí mismo. Al poco rato Luna, Neville y Ginny aparecieron en el despacho del director. Los tres se veían muy decididos. Luna lanzó un muffliato que disimuló el ruido que hizo la cúpula de cristal al reventar bajo el hechizo que había lanzado Neville. Ginny cogió la espada y los tres se dispusieron a marcharse. Cuando llegaron al pasillo se oyó una explosión y una voz de mujer dijo:
- ¿Qué es lo que tenemos aquí? La traidora de la sangre, la lunática y el cobardica robando a su propio director. Eso está muy feo, ¿no crees, hermano?
- Ciértamente, hermana. Nuestro señor estará muy agradecido con este regalo.
Desde su rincón, Hermione oyó que Snape murmuraba algo así como "maldito par de entrometidos" y vio una sombra salir del despacho. Fue tras él.
Alecto y Amycus Carrow sujetaban sus varitas en dirección a los tres amigos, a quienes unas estrechas cuerdas les mantenían atados. Amycus miraba a las chicas con cara de depravado:
- Alecto, ¿tú crees que nuestro señor me dejará jugar con estas niñitas antes de matarlas? Quiero ver si consigo quitarle la mirada soñadora a la rubia. También quiero que la zorra pelirroja descubra lo que es un hombre. ¡Oh, sí,he dicho zorra! Igual que puedo oler a los sangre sucia puedo oler a las vírgenes... y tú no lo eres. ¿Te entregaste a Potter antes que el muy cobarde huyera? Bueno, no te preocupes, borraré sus huellas de tu cuerpo. Sé cómo hacerlo.
- Amycus, Alecto. ¿Qué está pasando aquí?
- Oh, Snape. Quizás deberías cuidar más las pertenencias que nuestro señor deja a tu cargo. Esta escoria ha intentado robar la espada de Gryffindor de tu despacho. Y ahora vamos a darles su merecido.
- Mientras sea yo el director, yo doy las órdenes. Dadme a los chicos.
- ¡Estás loco si crees que te voy a dar mi premio, Severus! Me los voy a llevar al calabozo a jugar un poco.
- Me das asco, Amycus. Mientras yo sea el director no se derramará más sangre de alumnos sangre limpia. Son las órdenes de nuestro señor. Y ahora, largaros antes que decida hacer otra cosa con vosotros. ¡Fuera!
Y tras una mirada de odio, los hermanos Carrow se marcharon. Snape apuntó con su varita a Ginny, Luna y Neville, les desató y les dijo.
- Entren al despacho. Ahora.
Ellos obedecieron.
Snape se dirigió a una armadura:
- Trae a Hagrid.
Tras cinco minutos de miradas y silencios incómodos, Hagrid apareció.
- ¿Me has hecho llamar? - Y tras percatarse de la presencia de los chicos añadió- ¿Y vosotros que hacéis aquí?
- Mejor no preguntes. De unos imbéciles sólo se pueden esperar actos estúpidos. Llevátelos al Bosque Prohibido y dales alguna tarea asquerosa por realizar. Y ahora largaos. Fuera.
Los chicos le miraron sorprendidos, no podían creer que después de los violentos castigos perpetuados en el castillo, ellos se libraran de esta situación con tanta facilidad. Rápidamente, antes de dar tiempo a que Snape cambiara de opinión, se dispusieron a seguir a Hagrid.
Cuando se quedaron solos, el retrato de Dumbledore habló:
- Lo has hecho muy bien, Severus.
- Espero que todo esto valga la pena.
- La valdrá, te lo aseguro.
Snape se dejó caer en su silla y se masajeó las sienes. Y Hermione aprovechó ese momento que Snape se encontraba con la guardia baja para petrificarle y pasarle el traslador por el cuello.
Al regresar a su tiempo, Hermione se había prometido a sí misma que no permitiría que Dumbledore le diera más evasivas sobre el tema de James y Lily. Le iba a contar la verdad sin más dilación. Pero sus planes se vieron truncados, pues al aparecerse aún bajo la capa, pudo ver cómo McGonagall se encontraba escribiendo un largo pergamino en su escritorio. Dumbledore le guiñó un ojo. Hermione suspiró y, con resignación y comprobando que la directora no pudiese verla porque se encontraba de espaldas, cogió el único traslador hechizado que quedaba y se dispuso a salvar a la última persona a quien había planeado devolver la vida . Al día siguiente, los caídos se levantarían de nuevo. En unas horas, las familias estarían completas y el dolor desaparecería.
...
¿Quién os imagináis que es está última persona que Hermione va a salvar? ¡Qué nervios, en el próximo capítulo reencuentros y muchas sorpresas!
ESTÁS LEYENDO
La decisión de Hermione
AdventureHistoria ubicada en el mundo de Harry Potter. Desde hace tiempo he estado buscando una historia en la cual Hermione usara un giratiempos para devolver la vida a Fred sin afectar el curso de los acontecimientos. Cómo no la encontré, decidí crearla. P...