Bienvenidos a nuestra gran familia

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Al día siguiente, Hermione se levantó tarde pues se encontraba cansada por tanto trasnochar. Se sorprendió al darse cuenta que su rabia contra Ron, aunque seguía latente, ya no contenía una furia asesina. De hecho, y contra todo pronóstico, Hermione estaba de buen humor pues un pensamiento positivo la envolvía: en unos días Molly podría ver de nuevo a sus hermanos. Ella era una gran mujer que a pesar de haber sufrido mucho, siempre la había acogido en su casa como una hija. Y a cambio, Molly sólo le había pedido dos cosas. La primera que cuidase de Ron. Esa petición la había cumplido, y aún desde un rol de amiga que no deseaba, la seguiría cumpliendo. La segunda, la cual extendía siempre a Harry, era que la llamase por su nombre. Hermione quería hacer mucho más por ella, si todo salía bien además de a sus hermanos le devolvería al hijo que tanto extrañaba... pero como aún hacia falta esperar un poco para eso, decidió que hoy le daría una pequeña alegría. La madre de su mejor amigo ya nunca más le diría eso de "Por favor, llámame Molly, querida". No haría falta.

Hermione se duchó con parsimonia, se vistió con tranquilidad y bajó al gran comedor. Allí estaban todos los Weasley. La reconstrucción de La madriguera después del grave ataque de los mortífagos mientras la familia estaba en casa de tía Muriel avanzaba a buen ritmo, pero aún así deberían permanecer unos días en el castillo. McGonagall les había ofrecido alojamiento y, aunque Bill también lo hizo, decidieron que Shell Cottage era demasiado pequeño para acoger a tantas personas.

Al ver a Hermione, Ron instintivamente le hizo un sitio a su lado. Pero era la madre del chico quién había captado toda su atención. Molly no había probado bocado y se veía exhausta. Hermione se acercó a ella y la abrazó. Era un abrazo cargado de significado. La mujer se sorprendió pero devolvió el abrazo gustosa. Todos miraban a la pareja, pero fue lo qué pasó a continuación lo que les dejó definitivamente callados.

- Molly, ¿has podido descansar?

Aquello no se lo esperaba nadie. Después de años, por fin Hermione había roto la barrera autoimpuesta por ella. Por fin se aceptaba como una más del clan. Independientemente de cómo avanzara su relación con Ron, ella estaba ligada a esa familia de por vida.  Molly estaba visiblemente emocionada y parecía que iba a pronunciar unas palabras cuándo Harry la interrumpió, mientras dirigía una sonrisa cómplice a Hermione:

- Arthur, ¿me pasarías una tostada?

Una nueva barrera acababa de caer. Ante las palabras de Harry, Ginny le cogió la cara con las manos, se la giró y le besó en los labios. Automáticamente se detuvo, recordando que aún no le habían dicho a su familia que habían retomado su relación y realmente no sabía si ese era el mejor momento para hacerlo.

Hija, ¿tienes algo que contarnos? - dijo Molly sonriente.

¿Os acordáis cuándo tenía cinco años y os dije que sería la novia de Harry Potter? Hoy quiero deciros que con perseverancia cualquier sueño se puede cumplir.

Ante estas palabras todos, incluso George, esbozaron una sonrisa. Sabían cuanto Ginny quería a Harry, igual que sabían que él nunca la haría daño.

Propongo un brindis por Harry y Ginny - Dijo Arthur. - Hijo, siempre has sido de la familia. Nos alegra mucho que ahora lo seas oficialmente

Hermione nunca había visto a Harry tan feliz como durante los meses que estuvo junto a Ginny antes de la muerte de Dumbledore. Ahora esperaba que esa felicidad se viese incrementada al no estar en permanente peligro de muerte. Harry y Ginny se merecían eso y mucho más.

La emotiva escena se vio interrumpida por una bandada de lechuzas que irrumpía en el Gran Comedor. Un ejemplar del profeta cayó sobre el regazó de Arthur, quién le hecho un ojo a la portada y pronunció un sonoro "Oh". George, que estaba al lado de su padre, giró la cabeza, miró el periódico, e inmediatamente se le escapó una sonora carcajada. No era una risa tan pura como las de antes, pero al menos era una muestra de que aún conservaba parte de su alegría

- ¿Y vosotros dos, no tenéis nada que anunciar? - dijo a continuación dirigiéndose a Ron -  Así me gusta, hermanito, que practiques la técnica de estar callado porque realmente tienes el don de ser un bocazas, ¿verdad que sí, cuñadita?

Hermione se esperaba otra explosión por parte de Ron. Otra declaración del estilo de la anterior, diciendo que no eran novios, que qué tonterías eran esas de llamarla cuñadita, que no tenían nada que anunciar ni nunca lo tendrían... pero Ron no dijo nada. Ni siquiera se movió. Rápidamente los otros miembros de la familia se levantaron a ver el diario. Charlie, Bill y hasta Percy se unieron a las risas y echaban miraditas a Ron y Hermione. 

Vaya, es realmente tal y cómo me lo habías descrito... - le comentó Ginny a Harry con una sonrisa.

Si Ron no hubiera estado petrificado por escuchar a su hermano mayor llamar a Hermione "cuñadita", sus reflejos de quidditch le hubiesen permitido llegar antes que ella al corralito formado por su familia. Hermione no podía creer lo que veía: bajo el titular "Hermione Granger sigue rompiendo corazones" y en un artículo firmado por Rita Skeeter, podía verse una gran foto que reproducía una y otra vez la escena del beso. Se veía como una chica de pelo enmarañado dejaba caer al suelo lo que parecían ser unos colmillos gigantes y a continuación se tiraba en brazos de un chico y lo besaba con gran pasión. Él le correspondía con tanto ímpetu que la levantaba del suelo mientras ambos giraban ligeramente.

Hermione quedó blanca. ¡La mala bruja de Rita Skeeter había conseguido una foto de este momento tan íntimo y vital para ella! Ahora el mundo compartía su secreto. ¡Por Merlin! Y tenía a todos los hermanos y los padres del chico al que besaba tan apasionadamente en la foto mirándola con sonrisas pícaras. Pero aún podía ser peor... pues en ese momento Ron se acercaba y le arrancaba el periódico de las manos, para averiguar por sí mismo el motivo de tanto escándalo. Hermione no podía permitir que el chico lo viera... no se creía capaz de aguantar de nuevo una decepción pública si él se avergonzaba y decía que aquello no había significado  nada para él... así que cuando Ron cogió el periódico ella rápidamente lanzó sobre el un hechizo incendio...

Arg, Hermione, ¿estás loca? ¡Me he quemado la punta de los dedos! 

En ese momento, los compañeros de Gryffindor que se encontraban aún en el castillo, se fueron pasando unos a otros los ejemplares que habían llegado del profeta. 

¡Viva los novios!

- ¡Queremos otro beso, este en directo!

Ron se acercó a Hermione y le murmuró "Vaya, parece que ya se han enterado que Ginny y Harry son novios".

Ante el grito de "¡Ya era hora, después de tantos años aguantando vuestras peleas!" Ron se extrañó, pues no era consciente que Ginny y Harry se pelearan tanto como para que sus compañeros vitorearan ese comentario. Tampoco entendía muy bien porque las miradas se centraban en él... si ya había aceptado la primera vez la relación de su hermana, ¿acaso se esperaban que montase ahora una escenita?

Pero al momento lo entendió todo, pues Dean Thomas, su gracioso compañero de cuarto, quiso mostrar su pericia con la varita y ampliar la foto del periódico, la cual ahora ocupaba toda una pared del gran comedor. Ron, con la boca abierta, vio en diferido como Hermione tiraba los colmillos al suelo para darle un apasionado beso. 

Hermione miraba la escena representada en la pared con la boca abierta. Aquello no podía ser peor. En ese momento sintió que alguien la cogía por la mano sin delicadeza y notó a continuación cómo Ron la arrastraba hacia la puerta. Bien, la hora de la verdad había llegado y ese era un momento tan bueno como cualquier otro para aclarar las cosas entre ellos, pues Hermione había decidido que aunque Ron no quisiera ser su novio, ella sí quería ser su novia... e iba a luchar contra mortífagos, perros de tres cabezas, rubias tontas o cualquier otro obstáculo que se le pusiera en el camino con tal de conseguirlo.

La decisión de HermioneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora