Regulus

589 31 7
                                    


Ron despertó sintiendo un peso sobre él y los recuerdos de la noche anterior vinieron a su mente. Los momentos de intimidad vividos con Hermione habían sido fantásticos. En ese momento, miró a la chica, quién dormía plácidamente abrazada a él. Se dio cuenta que él aún seguía desnudo y se ruborizó. Hermione estaba en pantalones, pero con sus pechos descubiertos. Ron no pudo evitar la tentación de acariciarlos suavemente. La chica, aún en sueños, gimió. La magia se rompió cuando Ron oyó a Harry tropezar con algo y maldecir. Hermione despertó de golpe buscando su varita (viejas costumbres de los tiempos de guerra). Se sorprendió a ver a Ron desnudo junto a ella, pero enseguida se relajó. Ambos se miraron y sonrieron.
A Harry siempre le pasa igual - dijo Ron- Se levanta sin ponerse las gafas y se tropieza con cualquier cosa.

Ambos rieron y acordaron esperar a que Harry saliera de la habitación y luego ella se marcharía.
Oyeron a Harry ir al baño, abrir la puerta de la habitación y decir:

Hermione, la próxima vez que quieras hacer una escapada nocturna a la cama de Ron no dejes tirados tus zapatos por la habitación ¡Ya tengo suficientes cicatrices cómo para conseguir una nueva!

A continuación se puso a reír y se marchó. Ron y Hermione también rieron a carcajadas, luego se vistieron y se despidieron.
- Hermione, lo de anoche fue maravilloso.
Ella le besó en los labios y se alejó coqueta.

Cuando llegó a su habitación, Ginny estaba estirada en su cama leyendo un cómic.
- Hermione, ¡Vaya horas de llegar! Al menos espero que esa sonrisa boba sea causada por el tonto de mi hermanito.
- Ginny, no llames tonto a Ron.
- ¡Pero si tú le llamas cosas peores!
- Sí, pero no más... Ron y yo hemos enterrado el hacha de guerra.
- ¡Uy! Pues espero que si te ha enterrado su hacha hayáis tomado precauciones...
- ¡Ginny! ¡Enterrar el hacha es una expresión muggle que quiere decir hacer las paces!
Ante la cara roja de su amiga, Ginny se hechó a reír a carcajadas y Hermione decidió ir a darse una ducha.

Bajo el agua rememoró lo que había pasado la noche anterior. Los besos de Ron, su temperatura, sus gemidos, su sabor... Le encantaba ese mundo que estaba empezando a descubrir... Luego pensó en la conversación de Remus y Sirius. Realmente, no se esperaba que su ex-profesor estuviera enamorado de Lily. Debió ser difícil para él mantener su amistad. Luego pensó en Sirius y en lo feliz que sería Harry cuando él volviera a la vida... y se dio cuenta de algo que se le había pasado por alto...se había hecho un listado de muertos de la primera y segunda guerra pero se había dejado a alguien... Regulus también merecía una segunda oportunidad. ¡Por las calzas de Merlín! Conseguir un traslador extra sería fácil con un hechizo duplicador, el problema es que no le quedaban noches suficientes para salvar a una persona más. La conclusión era clara: debía actuar durante el día. Se guardó la capa de Harry en la mochila y se dispuso a ir a desayunar: buscaría la oportunidad de volver al despacho de la directora mientras McGonagall estuviera fuera.

El desayuno fue entretenido, pues aunque la tristeza aún flotaba entre los Weasley, la visita de Kingsley alegró un poco el ambiente. Les dijo que los gastos de reconstrucción de La madriguera corrían a cuenta del Ministerio, y que le daba a Arthur y Percy un año sabático, sin trabajo pero con sueldo. Esas noticias fueron acogidas con alegría por la familia.

Ya era la hora de comer y en cuanto Hermione vio que la directora se sentaba en su lugar habitual, se levantó.
- Me he de marchar.
Ron, que estaba a su lado, le preguntó:
¿Dónde vas?
- En una semana te lo cuento, te lo prometo.
- En una semana, no. Ya sólo quedan seis días.
Hermione sonrió y ante la sorpresa de todos, le dio un beso corto en los labios.
- Lo siento, Ron. No debí hacer eso frente a tu familia.
Ron sonrió ante la evidente vergüenza de Hermione y le devolvió el beso.
- Nunca te avergüences de esto. Si me necesitas, di mi nombre. Siempre llevo el desiluminador encima. Te podré encontrar estés dónde estés.

Y con todas las miradas y sonrisas de los Weasley dirigidas hacia ella, Hermione abandonó el Gran Comedor y se dirigió al despacho del director.

Aún estando limpia e inmaculada, la Mansión Black se veía tétrica. Hermione llegó a la hora del desayuno y pudo ver cómo la Señora Black y Regulus estaban sentados en la mesa mientras un joven Kreacher les servía con admiración. La frialdad del trato entre madre e hijo le recordaba a la de la familia Malfoy.
La conversación en la mesa era un monológo de la señora Black sobre la superioridad de los sangre limpia y la importancia de ser fuertes e intransigentes a la hora de perpetuar su pureza. Hermione notó que Regulus, quién era muy parecido a Sirius pero sin su aire salvaje, estaba tenso. Por aquel entonces ya había cambiado de bando y para él debía ser difícil mantener las apariencias.
Tras acabar el desayuno, Regulus se retiró a su habitación, seguido por Hermione. Una vez allí, llamó a Kreacher y le dijo que pronto debían partir juntos a una misión, que nadie más que ellos debía saber nada al respecto.  Cuando Kreacher se marchó, Regulus cogió una foto que tenía escondida en un cajón. Aparecían dos niños jugando con pequeñas escobas y riendo sin parar: eran él y Sirius. Regulus empezó a llorar:
Hermano, siento todo el daño que te hice. Esto lo voy a hacer por ti. Espero que consigas ser feliz. Siempre fuiste muy valiente y mejor persona que yo.

Hermione lanzó su hechizo en ese momento. Al poner el trasladador sobre Regulus, la luz violeta apareció.

Cuando Hermione regresó a Hogwarts, vio que había una pequeña concentración en el campo de Quidditch. Se acercó y observó que todos los hermanos Weasley, así como otros alumnos, estaban en el campo de juego. Molly estaba sentada en las gradas. Al ver a Hermione, la hizo ademán para que se sentara a su lado y le pasó el brazo por encima de los hombros. Mientras escuchaban los divertidos comentarios de Luna retransmitiendo el partido, Neville se acercó.

Hermione, McGonagall te espera en su despacho. Dice que es importante.

Pesarosa por si había sido atrapada en su misión, Hermione suspiró y se puso en camino.

La decisión de HermioneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora