Contratiempos

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Hermione despertó con la sensación de que alguien la observaba. Abrió los ojos lentamente, y se encontró frente a ella a un George sonriente.

Buenos días, cuñadita. ¿Has dormido bien? ¿Los ronquidos de tu no-novio con el que te diste el lote en medio de la batalla te han dejado descansar? Ahora en serio, me alegro mucho por vosotros.

Hermione se miró a sí misma. El cuerpo de Ron seguía rodeando el suyo en un abrazo.

George, no es lo que parece.

- Tranquila, Hermione. Los dos sabemos que eres lo mejor para mi hermano. Ahora, si pensabas que este tierno momento iba a quedar entre nosotros te equivocas... os he hecho unas cuantas fotos mientras dormíais. ¡Seguro que a mamá le encantará verlas! ¡Siempre serás su nuera favorita! Por cierto, te dejo un regalito de mi tienda, espero que te sea útil. Ábrelo cuando estés sola.

Y dicho esto se marchó. Hermione se alegraba de que George estuviese recobrando parte de su alegría, aunque no le hacia tanta gracia que bromease a su costa. Ron bostezó y abrió los ojos. Se sorprendió al ver a Hermione a su lado y al darse cuenta que habían pasado la noche abrazados.

Buenos días, Hermione.

- Buenos días, Ron.

El chico se acercó a ella y le dio un suave beso en los labios. Ambos se dieron cuenta que querían más y empezaron a profundizar el beso... ella se subió sobre él y empezó a acariciarle el pecho bajo la camiseta...

¡Ups, perdón! - Ginny acababa de llegar a la Sala Común - Bueno, realmente no me esperaba encontraros así en un lugar público... ¡pero no sabéis cuánto me alegro, par de cabezotas! Lo siento, Hermione, pero McGonagall me ha pedido que te diga que te está esperando en su despacho... ¡Ya casi es mediodía!

Tras darle un rápido beso a Ron bajo la sonriente mirada de su hermana, Hermione se fue a asear y se dirigió al despacho de la directora donde siguió con su tarea de extraer recuerdos para ayudar en la recuperación de la memoria de sus padres.

A mediodía McGonagall propuso hacer un descanso para comer. Hermione se dirigió al Gran Comedor y pudo ver que Ron estaba en la entrada. Se imaginó que el chico la esperaba para otra sesión de besos privados, pero se dio cuenta de su equivocación cuando vio que Harry estaba a su lado.

Al verla, Ron se acercó y tras comprobar que no hubiese nadie cerca le dio un beso rápido en los labios. Harry y Hermione se miraron y sonrieron con complicidad.

- Hermione, queríamos hablar contigo. -Dijo Harry - Estamos preocupados por tus escapadas nocturnas. Nos gustaría ayudarte. No queremos que te pase nada.

- Soy perfectamente capaz de cuidarme sola, gracias.

- Maldita sea, Hermione. Claro que eres capaz de cuidarte sola. Eres más capaz que Harry y yo juntos de salir airosa de cualquier situación. Sólo es que no nos gusta que lo hagas sola.

- Tranquilo, estoy bien acompañada. Él vela por mi y estoy segura que sabría que hacer si algo fuera mal.

- Oh. - Los ojos de Ron se convirtieron en rendijas. Hermione se dio cuenta de inmediato que las palabras que acababa de decir le iban a acarrear un rato desagradable. Ron continuó hablando con voz malévola - Así que estás bien acompañada por él...  Así que él vela por ti... ¿Y no nos vas a decir el nombre de ese hombre tan maravilloso?

No puedo, Ron, lo siento. Dejadme un poco más de tiempo y prometo que os lo diré todo.

¿Y para qué ese tiempo? ¿Para anunciarnos tu compromiso oficial con el hombre misterioso? ¿Te besas conmigo, para luego irte a ver con él? ¿Y luego vuelves otra vez y te acurrucas bajo mi manta? ¡Las chicas cómo tu tienen un nombre, Hermione!

La decisión de HermioneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora