Charla entre mujeres

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Ron despertó al oír un leve ruido. Era Harry, quien abría la puerta para salir de la habitación. Antes de hacerlo, el moreno miró a su amigo, le hizo una seña hacia una dormida Hermione y luego le levantó el pulgar. "Ron, tú puedes, haz lo que sea para ser lo más feliz posible el resto de tu vida. Te lo mereces, amigo". Y tras decir estas palabras, desapareció.

Ron vio que ya había amanecido. Le extrañó que Hermione aún durmiera, ella solía ser la más madrugadora del trío. Pero él no sabía nada de las escapadas nocturnas de la chica, quien antes de marchar del despacho de Dumbledore había duplicado los trasladores y acordado con el director la primera época a la cual viajaría la noche siguiente, para lo cual debía conseguir la capa de Harry.

Hermione se giró levemente y su pijama dejó al aire la zona de su ombligo. Ron se estremeció, preguntándose qué se sentiría acariciando a su ¿amiga? Sí, de momento eran amigos, pero él deseaba que eso cambiase pronto. Él nunca había tocado a Hermione más allá de las zonas permitidas y la piel de su estómago era una zona definitivamente prohibida a la vez que una gran tentación. Se preguntó si alguien como el idiota de Krum o el estúpido de McLaggen habían tenido el privilegio de tocarla donde él aún no lo había hecho. En estos pensamientos estaba, cuando oyó la voz de Ginny a través de la puerta: "Buenos días. No quiero abrir para no perder la fragilidad de mi inocencia al ver lo que sea que estéis haciendo. Ron, mamá dice que bajéis a desayunar". Hermione despertó y, al ver a Ron contemplándola, le dio un beso en la mejilla. Él se sonrojó y los dos se dispusieron a prepararse para iniciar el día en que el cuerpo de Fred sería enterrado.

Quizás la palabra más adecuada para describir los funerales fuera tristeza. Los actos fueron bonitos y solemnes, pero sobretodo tristes. Profesores y familias hablaron, dirigiendo palabras de amor a los héroes caídos, los actos de los cuales se habían convertido en recuerdos. Ron tenía el corazón roto, Hermione sentía que traicionaba a todos al no compartir su plan con ellos y Harry, de nuevo, se sentía culpable.

Cuando todo acabó, el trío se dirigió en silencio a la Sala Común. Al cabo de un rato de estar en silencio, apareció Molly Weasley y le pidió a Hermione hablar en privado, por lo que subieron al cuarto de la chica.

- Yo, señora Weasley, siento mucho lo de Fred.

- Yo también, querida, y por favor, llámame Molly. Estoy haciendo un esfuerzo para seguir adelante y creo que es mi deber darte la bienvenida oficial a la familia.

- Perdón, no lo entiendo...

- La verdad es que me hubiera gustado que Ron y tú me hubierais informado de la noticia, pero supongo que las cosas pasaron así y no os culpo por ello. Sigo pensando que eres lo mejor que le puede pasar a mi hijo, como ya te comenté una vez. Después de veros ayer durmiendo juntos, supe que esta conversación llegaba tarde, pero teniendo en cuenta que tu familia es muggle y no te ha podido orientar en aquello que toda bruja debe saber, te he escrito en un pergamino algunas pociones anticonceptivas. Sólo espero que os hayáis cuidado hasta ahora y que Ron te haya tratado bien.

Hermione nunca en su vida había estado tan avergonzada, ¿Molly Weasley le estaba hablando acerca de la inexistente vida sexual entre ella y su hijo? Esto no podía ser peor...

Señora Weasley, le agradezco todo su interés, sinceramente que sí... pero entre Ron y yo no ha pasado nada...

En ese momento, Ginny entró en la habitación y, sin darse cuenta de la presencia de la señora Weasley, le dijo a Hermione "Se supone que eres mi mejor amiga y todo eso...ya sé que hoy es un día triste, pero estoy segura que Fred querría que nos esforzáramos para mantener la sonrisa... así que quieres explicarme porqué después de suspirar en secreto durante años por el idiota de mi hermano, te das el lote con él en medio de la batalla y no me lo cuentas?"

Hermione supo que estaba equivocada, ahora era peor. Ginny se quedó cortada al ver que su madre se encontraba allí y musitó un tímido perdón dirigido a su amiga...

"Hermione, demuéstrate a ti misma que eres una Gryffindor". Se dijo la muchacha y empezó a hablar a su ... ¿suegra y cuñada?

- Creo que es un poco absurdo seguir defendiendo que no siento algo por Ron...

Eso es evidente desde hace años, querida. Le respondió Molly con una sonrisa. Ginny también la sonrió, animándola a continuar hablando.

En la batalla no pude aguantar más y le besé, pero os juro que no ha pasado nada más... él me correspondió el beso, lo que me hace pensar que quizás pueda ser correspondida, pero aún no hemos hablado de eso... quizás este no sea el momento más adecuado, no quisiera faltar al respeto a vuestra familia...

- Es el momento ideal, querida. ahora lo que necesitamos es rodearnos de amor... ¿Porqué no vas a buscarle y aclaráis las cosas?

Hermione abrazó a las dos mujeres y se fue en busca de Ron. Como el chico dijo unas semanas atrás, ese era el momento de dejarse de tonterías, no más Krums, no más Lavenders, no más celos ni peleas. Era la hora de hacer las cosas bien y ser felices.

La decisión de HermioneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora