Esa tarde, Severus había hecho algo insólito en él: darse un baño. Desde que Lily murió, su aspecto físico no le importaba en absoluto. Llevaba siempre la misma ropa, para no perder el tiempo escogiéndola por la mañana. Se aseaba lo justo para cumplir las normas sociales. Incluso había hecho un hechizo para que su pelo y uñas no creciesen y así olvidarse de los engorrosos cortes.
Pero, sintiéndose superficial por la decisión tomada, ese día quería verse bien. Deseaba gustarle a ella. Gracias a Ariana había vuelto a sonreír... Una sonrisa sincera, no aquellas cargadas de ironía que usaba a menudo en sus clases. ¿Sería capaz de enamorar a una mujer? Si el torpe de Weasley había conseguido una novia como Granger, todo era posible.
Él no creía en el amor a primera vista, pero debía reconocer que la primera impresión fue buena. Ella era una chica discreta, tranquila... y a su lado se sentía bien, muy bien. Podía ser él mismo sin miedo a ser juzgado. La verdad es que su reputación había mejorado mucho desde su regreso, ahora en ciertos sectores se le consideraba un héroe. Nunca había recibido miradas de admiración y aún no sabía cómo reaccionar ante estas. Pero a Ariana no lo interesaba el héroe, ni el ex-mortífago, ni el valiente espía... le interesaba Severus. Él podía ver en sus ojos que la mujer le apreciaba, aún conociendo sus defectos.
En Hogwarts la veía cada día. Habían adquirido la costumbre de esperarse y sentarse juntos en todas las comidas. Las miradas que les lanzaba Dumbledore confirmaban que él aprobaba la relación.
Y a pesar de confiar en ella, de sentirse seguro a su lado, Severus estuvo muy nervioso cuando llegó el momento de pedirle una cita. Sabía que era una torpeza digna de un adolescente... ¡Pero es que él no tenía ninguna experiencia! Iba a ser su primera cita. ¡Virgen y cincuentón, qué gran partido para Ariana...!
Ella estaba preciosa esa noche y debía reconocer su buen gusto a la hora de escoger restaurante. A Severus le gustó aquel sitio tranquilo, con poco ruido... pero la noche se torció cuando su mirada se cruzó con la de él. ¡Por los calzones de Merlín! ¿Por qué precisamente esa noche debía encontrarse con el engreído de James Potter? Sus miradas se encontraron y el contacto visual se rompió cuando un mar de pelo rojo cayó sobre él y le abrazó. Lily.
Lily les invitó a compartir su mesa. Allí estaban Lupin, una compañía tolerable para Severus, pero también estaba Sirius. Sus parejas les acompañaban. Severus quiso rehusar sin mostrar su mal humor, pero Ariana ya había aceptado la invitación y se sentaba en la gran mesa con una sonrisa. Él, de mala gana, la siguió.
Para sorpresa de Severus, la cena fue agradable. Nada de anécdotas vergonzosas ni reproches cruzados. Después todos marcharon y él acompañó a Ariana de vuelta al castillo.
Y llegó el incómodo momento de la despedida. ¿Qué debía hacer ahora? ¿Darle la mano? Demasiado frío ¿Un abrazo? Eso le gustaba más. ¿Un beso en la mejilla? ¿En la boca? ¿Hacerla suya contra la robusta puerta de madera de su habitación?
Y mientras Severus se esforzaba por sacar de su mente esos indecorosos pensamientos, se dio cuenta que la decisión sobre cómo despedirse ya no era suya, pues podía sentir los cálidos labios de Ariana posarse sobre los suyos. Podía sentir en la boca de ella el gusto de las fresas que había tomado de postre en la cena. Fue un beso dulce, casto... luego ambos se separaron. Sus miradas se entrecruzaron y ella sonrió... fue la señal que él necesitó para lanzarse a su boca con ferocidad. Cuando Severus sintió la lengua de Ariana en la boca, supo que los dioses le habían recompensado por todo su sufrimiento. Ambos se separaron, jadeantes. No había necesidad de llegar más allá en esa noche perfecta. Tenían todo el tiempo del mundo para avanzar en su relación.
- ¿Mañana me esperarás para el desayuno? - Preguntó ella aún sonrosada y jadeante.
- Mañana y todos los días que vengan a continuación. - Respondió él.
Y cuando él ya giraba para marcharse, oyó la voz de ella diciendo en un susurro "Feliz cumpleaños, Severus". Y, mientras volvía a sus aposentos, los pasillos de Hogwarts vieron sonreír por primera vez a Severus Snape.
...
Nota de la autora. Guau, qué bonito quedó. He disfrutado escribiéndolo. Espero que os haya gustado.
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La decisión de Hermione
AdventureHistoria ubicada en el mundo de Harry Potter. Desde hace tiempo he estado buscando una historia en la cual Hermione usara un giratiempos para devolver la vida a Fred sin afectar el curso de los acontecimientos. Cómo no la encontré, decidí crearla. P...