Cosas de familia

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Ante la cara de preocupación de Hermione, Molly decidió acompañarla al despacho de la directora. Lejos de tranquilizarla, esto la inquietó más. Deseó que si McGonagall la había descubierto en sus aventuras nocturnas no comentase nada delante de Molly.

Al llegar a su despacho, McGonagall les ofreció asiento y habló:

Señorita Granger, tengo buenas noticias para usted. En tres días podrá ir a Australia a buscar a sus padres.

Hermione sintió una emoción y una calidez indescriptible que nacían desde su estómago, antes de darse cuenta, se encontró con la cara llena de lágrimas de felicidad. Aunque enfrentarse con sus padres la asustaba, estaba segura que ellos acabarían perdonándola por lo que les hizo. Borrarle la memoria a sus padres era una de las cosas más difíciles que había hecho en su vida...no porque el hechizo fuera difícil (que lo era, pero había hecho de más dificultosos), sino por todas las implicaciones éticas con las que tuvo que debatir.

Después de ocultar durante años el resurgimiento de Voldemort, Hermione les contó de golpe toda la ruda realidad. No se planteó mentirles desde el principio, pero en seguida se dio cuenta que a sus padres les generaba mucha inseguridad que ella estuviera tan lejos y con las vías de comunicación limitadas a cartas por lechuza. Cuando en verano de primer curso les explicó las aventuras que vivieron durante ese año, sus padres se escandalizaron tanto que aseguraron sacarla del colegio ante cualquier otra anomalía, por pequeña que fuera. Es por eso que Hermione calló. Sólo les explicaba maravillas del castillo, de las clases, de sus amigos... pero ni una palabra de basiliscos, dementores o mortífagos. Nada. Ciertamente, los padres de Hermione notaban que había algo que preocupaba a su hija... pero pensaban que era algo relacionado con chicos... en concreto con un chico... el padre de Hermione sospechaba de Harry, peso su madre tenía muy claro que entre ellos sólo había un gran cariño y una profunda amistad... era el pelirrojo guaperas el que levantaba los suspiros de su hija, era de él sobre el que se pasaba horas hablando, y era felicidad lo que veía en sus ojos cuando la invitaban a pasar las vacaciones en su casa... es por eso que, cuando Hermione les explicó que estaban en guerra, sus padres estuvieron unos minutos en shock antes de reaccionar. No se lo esperaban. No lo vieron venir. Inmediatamente, sus padres le prohibieron volver al castillo y dijeron que se exiliarían juntos. Hermione les dijo que no, que ella tenía que ayudar a Harry, que ellos se pondrían a salvo sin ella. Cuándo su padre le dijo que no había manera humana de que unos padres no protegieran a su hija, ella respondió que sí, sí qué había una manera "no sabiendo que tienen una hija". Y en ese momento, después de decirles que les quería y que lo sentía, les borró la memoria. Todos los recuerdos de una vida se esfumaron con un golpe de varita. Hermione se pasó la semana siguiente llorando en los brazos de Ron.

Tanto McGonagall (discretamente) como Molly (abiertamente y con un gran abrazo), se unieron a las lágrimas de Hermione.

- Bien, señorita Granger, como le he dicho en tres días debería estar a punto para partir. Ahora si quiere, puede retirarse - Añadió McGonagall con una sonrisa- Estoy segura que está impaciente por contarles a sus amigos las buenas noticias.

Hermione se dirigió corriendo al campo de Quidditch y pudo ver como el partido ya había terminado. Bajo un árbol, abrazados, estaban Harry y Ginny. Ella quiso marcharse para no interrumpir el momento de intimidad, pero Ginny la llamó.

- Hermione, ven. ¿Qué quería McGonagall? Neville nos ha contado que te ha hecho llamar.

Hermione llenó sus pulmones de aire y gritó:

- ¡Recuperaré a mis padres en tres días! ¡Están a salvo y les iré a buscar a Australia!

Ginny y Harry se levantaron para abrazar a su amiga, quién volvía a estar con los ojos llenos de lágrimas. Hermione se dio cuenta de un detalle:

- ¿Sabéis dónde está Ron?

- Ha ido con mis otros hermanos a mirar los avances de La madriguera. Volverán para la hora de cenar.

Con una sonrisa, Hermione se despidió de sus amigos y fue a su habitación a descansar un poco. Pensaba que la emoción no la dejaría dormir, pero se equivocó. Estaba tan cansada que nada más estirarse sus ojos se cerraron. Cuando se abrieron, la luna ya había salido.

Hermione se apuró y se dirigió al Gran Comedor, donde la familia Weasley junto con Harry se disponía a cenar. Hermione estaba tan feliz, que ni siquiera saludó a los presentes: quería compartir con Ron la buena noticia.

Ron, ¡tengo algo que decirte!

Inmediatamente, todas las cabezas pelirrojas y azabache se giraron hacia ella. Ron se levantó rápidamente y se separó unos pasos de la mesa, arrastrando a Hermione tras él:

- Hermione, si, yo, también hay algo que quiero decirte... bueno... no esperaba que fuese aquí ni ahora... ni delante de mi familia... pero supongo que cualquier momento es bueno... tú... ya sabes que eres muy especial para mí... y... Harry también... pero no, no sois igual de especiales porque tú eres diferente... quiero decir que tú eres en la primera que pienso en cuanto me levanto y en la última cuando me voy a dormir... me sentí realmente mal y muy egoísta porque cuando los mortífagos nos atacaron la noche que fuimos a buscar a Harry yo no pensé en el bienestar de él... ni en el de mi familia... sólo pensaba en ti y en lo que te podría pasar... y que yo no podría seguir viviendo si no estuvieras... En fin, supongo que lo que yo quiero decirte es que yo... Hermione... yo te... ¡Hermione, es que no puedo decirte esto con todos mis hermanos mirándome de esa manera!

En ese momento Hermione se giró y pudo ver a los hermanos de Ron mirándoles y haciéndoles gestos de besos. A pesar de que Molly intentaba pararlos, se le escapaba la risa y esto le quitaba autoridad frente a sus hijos. Entonces Hermione entendió... Ron no tenía ni idea de la noticia sobre sus padres... ¿Quizás lo que Ron pensaba que ella quería decirle era... que le quería? ¿Y él estaba adelantándose para decírselo primero? Aquello a Hermione le pareció muy dulce (realmente anhelaba que el chico de una vez le aclarase sus sentimientos), aunque le dio una vergüenza extrema encontrarse en esa situación frente a la familia de Ron. Sumida en sus pensamientos, no se dio cuenta que se estaba viviendo un silencio entre ellos y que el chico llevaba unos segundos mirándola directamente a los ojos. Ella subió los suyos y sus miradas se encontraron.

Hermione, ¿y si ahora cenamos y mañana hablamos tranquilos? Tú... ¿quieres que vayamos a Hogsmeade mañana?

- Claro, ¿se lo decimos a Harry y Ginny?

- Yo... esto... pues, no sé... podríamos ir sin ellos... solos... tu y yo... si quieres...

- Ron, ¿me estas pidiendo una cita?

Esto... sí.

- Claro, Ron. Me encantaría salir contigo mañana.

Las personas que les miraban no podían escuchar las palabras de la pareja, pero en ese momento todos coincidieron que no habían visto nunca en Hermione una sonrisa tan cálida y feliz. 

Hermione y Ron se sonrieron de nuevo y se dispusieron a dirigirse a la mesa para cenar. Todos les miraban con curiosidad, pero ellos seguían en su mundo. Hermione, en un solo día, supo que iba a recuperar a sus padres y vivir su primera cita con Ron. Además, si todo iba bien, otras personas que ya se habían dado por perdidas volverían a su vida. Todo era perfecto.

La decisión de HermioneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora