Media hora después de aquel suceso, el tren se había vuelto a poner en marcha. Hace un rato estaba leyendo una novela que me había dejado mi hermana, cuando de repente me llega una bolita de papel. No me llega a las manos, si no que me da en la mejilla y cae entre las páginas del libro.
Con el ceño fruncido, levanté la mirada y miré a mi alrededor, para ver quien había sido. ¿Qué persona idiota empieza a lanzar bolitas de papel?
—Perdona, ha sido sin querer —Escucho su voz desde al lado, así que giro mi cabeza. Me lo encuentro mirándome nervioso, con una mano rascándose la nuca. Que mono. Pensé.
—Tranquilo —le dije yo restándole importancia.
Volví mi vista al libro y lo que hice fue coger la bolita y dejarla a un lado. Ya la tiraría. Pero lo que me extrañó, fue escuchar lo siguiente:
—Estás jodido, hermanito.
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El Pasajero del Tren
Short Story¿Lo que estaba haciendo se consideraba acoso? No lo creo, no lo había perseguido. Simplemente habíamos coincidido en el mismo vagón. ¿Estaba actuando como una psicópata? No lo creo, no es que estuviera obsesionada con él. Simplemente me había pareci...