Varias personas uniformadas nos daban las últimas indicaciones. También nos agradecían por haberlos acompañado en este viaje. Quedaba sólo media hora para llegar, y lo esperaba con ansias. El chico guapo volvió y se puso a hablar con su hermano, mientras que yo le decía a Kiara por mensaje que fuera puntual.
Sabía que no me haría caso, pero bueno.
Algunas personas ya estaban bajando sus maletas o preparándose para salir. Yo ya tenía mi cazadora puesta. Había guardado mis cosas y estaba escribiendo lo último que había sucedido en las páginas de mi diario. Sonreí al recordar la conversación con Ethan. Qué chaval.
—¿Qué haces? —me habla el chico guapo. Cierro el diario de golpe mientras le doy una sonrisa nerviosa. Espero que no haya visto nada.
—Nada —dije mientras guardaba la pequeña libreta en mi bolso. Este era de color verde militar, con algunas piedras como detalles. La cadena para colgarlo de un hombro era dorada—. ¿Y tú? —pregunté intentando cambiar de tema.
—Pensando —dijo mientras se miraba las manos, nervioso. Que mono. Pensé por no sé cuánta vez.
—Suena interesante —digo riendo.
—Sabes —empieza diciendo, pero se queda callado de golpe—. Estaba pensando...
—Ya, me lo has dicho —lo miré divertida.
—Quería preguntarte algo, Venus —dijo después de unos segundos. Me quedé hechizada al escucharlo decir mi nombre. Jamás mi nombre había sonado tan bien.
—Soy toda oídos —dije mirándolo atenta. ¿Que me querrá preguntar?
—Quiero verte de nuevo —levantó la mirada y me miró directo a los ojos. Esos ojos verdes hipnotizantes y demasiado bonitos.
¿Qué? ¿Acabo de escuchar bien? ¿Cómo que me quiere ver de nuevo?
—¿Qué? —dije confundida.
—Quiero quedar contigo algún día, y conocerte más —sus mejillas se tornaron un poco rojas, pero no pude pensar en lo adorable que se veía. Si no en su confesión. Él me quería ver, me quería conocer. Esto tendría que ser al revés. Yo pillada por él, sin ninguna oportunidad.
—Por mí no hay problema —hablé después de un rato. Le dí una pequeña sonrisa mientras me giraba de vuelta. Sentí mi cara arder de la vergüenza. Esto no me podía estar pasando. Tenía que ser un sueño, uno muy bonito.
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El Pasajero del Tren
Short Story¿Lo que estaba haciendo se consideraba acoso? No lo creo, no lo había perseguido. Simplemente habíamos coincidido en el mismo vagón. ¿Estaba actuando como una psicópata? No lo creo, no es que estuviera obsesionada con él. Simplemente me había pareci...