Después del incidente del café, volví a mi asiento. Cogí el bolso y busqué pañuelos. Sólo encontré un pañuelo de color blanco y negro con detalles dorados, el cuál usaba para sujetarme el pelo.
Lo cogí y me dirigí al baño, donde él estaba cambiándose. Me sentía mal por haberle manchado y haberle hecho abrir la maleta.
Di unos suaves toques en la puerta, detrás de la cuál se encontraba Jaden. Él la abrió un poco y al momento me sonrojé, pensando que estaría sin camiseta.
—Toma, puedes limpiarte con esto —Le pasé el pañuelo por el pequeño hueco, él lo cogió. En ese momento, nuestros dedos rozaron. ¡Vee, por dios! ¡Céntrate!
—Gracias —dijo él y después cerró la puerta.
Me quedé fuera, esperándolo. A los minutos, la puerta se abrió. Salió y al verme, la sorpresa se vió reflejada en su cara.
—En serio, lo siento mucho —me disculpé por no sé cuánta vez. Él le restó importancia—. Una vez me pasó lo mismo, pero con una señora mayor. Me hizo pagarle el vestido de flores tan feo que llevaba —dije pensativa mientras andábamos de vuelta a los asientos. Escuché su risa y sonreí. Al menos no se había enfadado.
—¿Sabes qué podrías hacer para compensarme? —Lo escuché atentamente, mientras me sentaba en mi sitio. Él se quedó callado por unos segundos, pero volvió a hablar—. Darme tu número —Lo dijo bajito, como si estuviera hablando para sí mismo. Pero, lo llegué a escuchar. ¿Qué? ¿He escuchado bien? Hasta yo lo he escuchado, Vee. Dijo mi subconsciente.
—¿Qué? —¿Acaba de decir lo que yo creo que acaba de decir?
—Nada, nada. No he dicho nada —Se había puesto nervioso, ya que el rubor en sus mejillas lo delataba. También su mirada nerviosa, mirando a todos lados pero evitando la mía.
Qué mono. Pensé.
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El Pasajero del Tren
Short Story¿Lo que estaba haciendo se consideraba acoso? No lo creo, no lo había perseguido. Simplemente habíamos coincidido en el mismo vagón. ¿Estaba actuando como una psicópata? No lo creo, no es que estuviera obsesionada con él. Simplemente me había pareci...