Ya han pasado más de tres horas de trayecto. Hace unos minutos me he despertado de una especie de siesta, ya que el personal estaba avisando de que entregarían la cena. Lo que no esperé fue que nos dieran un tipo de pasta, que parecía haber estado congelada por más de dos meses.
Bueno, la cosa es que le di una oportunidad. Pero nada más llevarme el tenedor de plástico a la boca, una mueca de asco apareció en mi cara. ¿Pero qué es esto? Apuesto a que si mi madre hubiera estado conmigo, le habría soltado el sermón a la chica que me lo ha dado.
Dejé la pequeña bandeja de lado y le di un sorbo a la botella de agua. Lo único bueno que había aquí. No probé más bocado y me quedé con el estómago vacío. Me centré la pantalla de mi móvil, mientras veía unos cuántos emails del trabajo.
Más tarde, pasaron a recoger las bandejas. Lo que pasó a continuación me dejó aturdida. Una mano apareció en mi campo de visión, así que confundida seguí el camino de esta hasta un brazo y la cara de él, del chico guapo. Sé que se llama Jaden, pero me gusta más llamarlo chico guapo. Bueno, el caso es que me estaba tendiendo algo.
—Puedes comer esto —dijo, para después dejar algo redondo con el envoltorio característicos de los bombones delante mía.
Lo miré sin saber qué decir, hasta que caí en la cuenta de que estaba pasando. Me estaba dando algo para comer. Pero ¿Por qué?
—¿Gracias? —respondí dudosa, mientras dejaba el móvil de un lado y cogía la bolita de chocolate, envuelta en papel de color rojo.
Lo miré una última vez, para después sonrojarme muy fuerte y poner mi mirada al frente. No me creía lo que estaba pasando. Me estaba dando un bombón, y lo estaba haciendo con una sonrisa. Con una hermosa sonrisa.
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El Pasajero del Tren
Short Story¿Lo que estaba haciendo se consideraba acoso? No lo creo, no lo había perseguido. Simplemente habíamos coincidido en el mismo vagón. ¿Estaba actuando como una psicópata? No lo creo, no es que estuviera obsesionada con él. Simplemente me había pareci...