20 - Pequeño desliz

2.7K 416 139
                                    

Ya había pasado muchos minutos desde el suceso del zumo. El vagón está medio vacío, ya que después de la merienda la gente se fue a la cafetería. Solo estamos yo, el chico guapo y un par de personas más. Ah, sí. También la señora.

Estoy planteándome seriamente si la señora de mi lado se ha muerto. Es decir, lleva durmiendo desde que vino del paseo con su amiga, ni siquiera a merendado. No quiero presenciar un homicidio.

Bueno, me he pasado. Olvidemos eso. Cambiando de tema. ¿Me bebí el zumo? Está claro que no. Al igual que la bolita de papel y el bombón, me lo pienso guardar de recuerdo. ¿Qué recuerdo? El de un chico guapo hablándome, duh.

Decido levantarme e ir a comprar un café. Sí. Voy a gastar dinero en un café, lo nunca esperado. Esta vez cogí solo mi móvil, y guardé el diario en mi bolso. 

Al llegar, estaba lleno de gente. No mucha, pero había mucho barullo. Pedí un café con leche y esperé a que me lo prepararan. Pagué y decidí bebérmelo en mi asiento.

Iba tan concentrada en que no se derramara el líquido, que no me di cuenta de que una persona me había empujado.

¡Eh, mira por dónde vas! —Giré a decirle a aquel chico. Era pequeño y no me hizo mucho caso. Negué con la cabeza mientras me volvía a girar. Pero no me di cuenta de que había alguien delante de mí y choqué. 

Choqué y derramé el café sobre su camiseta blanca. Tragué saliva, nerviosa. Alcé mi vista y me encontré con sus ojos verdes mirándome con sorpresa.

¡Dios! ¡Lo siento! ¡Ha sido sin querer! —dije nerviosa. ¿Qué hago? Dejé el vaso, que ya estaba medio vacío, sobre una de las mesas cercanas. Estábamos en medio de un vagón, el cuál estaba desierto.

No, no te preocupes... —dijo él, mientras se separaba un poco la prenda de la piel. Seguro que debía estar ardiendo. Me sentía fatal.

Claro que me preocupo. En serio, lo siento. No te había visto y... —dije nerviosa y mirando a todos lados, en busca de algo para limpiar. Joder, la que había liado.

No pasa nada, me puedo cambiar —dijo él dándome una sonrisa de lado mientras soltaba la camiseta y dejaba que la parte mojada se pegara a su cuerpo. Por dios, ¿En qué estaba pensando? Le acababa de manchar la ropa.

El Pasajero del TrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora