Nos quedamos unos minutos más, ambos en silencio y perdidos en nuestros pensamientos. Decidimos volver ya que en una hora más todos estarían despiertos.
Caminé delante de él, intentando no tropezarme. El vagón en el que nos encontrábamos no había casi gente, solo un par de personas y ambas dormidas. Todo estaba oscuro, ni siquiera la luz del exterior llegaba aquí ya que tenían las cortinas corridas.
De repente, siento que mi cuerpo se abalanza hacia el frente. Había un escalón de vagón en vagón, que no había notado. Casi me caigo de cara. Digo casi, ya que el brazo del chico guapo estaba enrollado en mi cintura. Su piel rozaba la mía y volví a sentir ese cosquilleo. Mi espalda chocaba contra su pecho, podía sentir el calor que emanaba, y también su dulce aroma.
—¿Estás bien? —preguntó alejándose de mí, al ver que estaba pegado. Aunque estuviera oscuro, podía jurar que estaba sonrojado. Su voz nerviosa lo delataba.
—Sí, gracias a tí —dije sonriendo, aunque sabía que no me podía ver. Mis mejillas ardían, y no podía quitar la sonrisa de mi cara al saber que me había tocado. Vale, eso ha sonado muy mal. Dijo mi subconsciente. Tiene razón.
Retomamos nuestro camino, otra vez en silencio. Pero esta vez, no podía dejar de pensar en su piel junto a la mía, y lo que producía en mí.
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El Pasajero del Tren
Short Story¿Lo que estaba haciendo se consideraba acoso? No lo creo, no lo había perseguido. Simplemente habíamos coincidido en el mismo vagón. ¿Estaba actuando como una psicópata? No lo creo, no es que estuviera obsesionada con él. Simplemente me había pareci...