Eran las doce y media. Cada vez quedaba menos pero el tiempo pasaba lento. El silencio reinaba el lugar y eso me aburría. No tenía nada que hacer, tampoco tenia sueño.
Sin hacer mucho ruido, me levanté de mi lugar. Sería una buena idea caminar por el lugar y estirar las piernas. Al llegar al vagón donde estaba la pequeña cafetería, vi a alguien conocido.
Jaden estaba sentado en una mesa al lado de la ventana, que dejaba ver el paisaje nocturno pasar a toda velocidad. Miraba a través de esta y parecía estar perdido en sus pensamientos.
Examiné su rostro. ¿Cómo alguien podía ser tan guapo? Ahora fuera de bromas. Nunca había visto a alguien con unos rasgos como los suyos. Comparado con otros chicos, él es muy diferente.
—Tampoco puedes dormir, eh —dije mientras me acercaba. Él desvió la mirada del cristal y la puso en mí. Me dio una pequeña sonrisa.
—Sólo queda una hora y algo. No vale la pena —dijo encogiéndose de hombros. Me pareció adorable, ese gesto.
Me senté enfrente de él y nos sumergimos en un silencio. No era incómodo, todo lo contrario. Aunque no hablara con él, me sentía a gusto.
—No me dijiste por qué ibas a Alemania —dije después de un rato. Él me miró y se quedó callado, como decidiendo si decirme o no.
—Voy a ver a mi madre —fue lo único que dijo. Me quedé callada, esperando a que siguiera hablando—. Estaré por un par de semanas trabajando, y después me iré.
¿Qué? ¿Se va a ir? Pensé que se quedaría allí. Sentí algo de tristeza, pero no sé por qué. Me tiene que dar igual, no es nada mío.
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El Pasajero del Tren
Short Story¿Lo que estaba haciendo se consideraba acoso? No lo creo, no lo había perseguido. Simplemente habíamos coincidido en el mismo vagón. ¿Estaba actuando como una psicópata? No lo creo, no es que estuviera obsesionada con él. Simplemente me había pareci...