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-Sabes que por más que quiera, no podemos confirmar nuestra'relación'.-dije haciendo comillas en la palabra relación, pues sabía perfectamente que no teníamos ningún tipo de título.-Lo tuyo y lo mío es algo prohibido, la hija del señor de los cielos con el chico problema, estaríamos en la boca del lobo y en muchísimo más peligro del que corremos ahorita. No puedo pasar por eso, no otra vez.
-¿alguna vez nos dejarán ser felices?.- me pregunto acercando su cara a la mía una vez más, soltando un suspiro
-mmh noshe, pero seamos felices nosotros.-respondí lanzándome a sus labios una vez más.
Nos besamos por unos minutos hasta que ya se me hizo tiempo suficiente, si seguíamos más fuera empezarían a sospechar y alguien vendría así que me separé de él haciendo que me bajara de sus caderas, él entendió perfecto lo que haría y sin decir nada comenzamos a caminar de nuevo dentro del restauran.
Llegamos a la mesa y nos sentamos en nuestros lugares
-Hasta que llegan, ya iba a ir por ustedes.-dijo Giselle. Vieja babosa cállate
No quise hacerla de pedo así que no dije nada, al parecer Vega iba a hablar pero justo en ese momento el mesero llegó por fin con nuestro desayuno.
Agarro el carrito y empezó a servir según lo que le habían pedido, ya todos tenían su comida menos yo, y tampoco se veía en la charola así que me le quede viendo extrañada.
-Oh si, ya voy por tu desayuno chula.-me dijo poniéndome demasiado incómoda por su mirada penetrante y su muy notable coqueteo.
-mm ok.-fue lo único que dije, se retiró por unos segundos y me di cuenta de que nadie se había percatado de eso, todos estaban bien entradotes en su comida, a excepción de Vega quien me veía fijamente notablemente molesto por aquella actitud.
El mesero que según su placa se llama Julio llegó unos segundos después con mi desayuno y una margarita al lado.
-Aquí tienes hermosa.-me dijo viéndome a los ojos dejando mi plato y vaso en la mesa.
Al parecer ahora si toda mi 'familia' se dio cuenta pues sentí los 5 pares de ojos sobre mi, escuché la risa de mi papá, mire apenada al mesero y articulé un Gracias con los labios.
El muchacho me sonrió y giño un ojo para después irse del cuartito dejándonos con un muy incómodo silencio para mi.
-Nombreee Gala, peguezaso que traes mijita de cuando a acá.-me dijo el Don
Yo solo me reí incómoda y baje mi mirada para dedicarme a comer en silencio, esto estaba incómodo, muy muy incómodo.
Minutos después
habíamos terminado de comer ya, no veía la hora de irnos de este lugar, cada vez que Julio se acercaba el ambiente se ponía bien intenso, la Samantha y mi papá se reían, Giselle se reía en ocasiones y su hija no decía o hacía nada, pero Cornelio estaba que ardía, en su mirada se veía como quisiera agarrarselo a chingazos y no me sorprendería que lo hiciera.

La Barbie [Cornelio Vega] TERMINADA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora