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Me asuste bien cabron cuando escuché que hablaron de tras de mi.
-¿Buscas esto, preciosa?.-en chinga me gire, quedando enfrente de quien menos quería ver, exacto, a unos cm de mi se encontraba el mismísimo Julio, quien había echo bien culero mi desayuno familiar.
Sin embargo, al verlo con mi pulsera en la mano sentí como se me devolvía el alma al cuerpo, no sabía que hubiera sido de mi si no la hubiera recogido alguien.
-Gracias a Dios!!!.- le dije aliviada acercándome a él para tomar la pulsera, pero justo cuando iba a tomarla el levantó su mano alta de manera que no pudiera alcanzarla.
-Oye dame mi pulsera.-le dije con cara de mamona, no estaba para jueguitos en estos momentos.
-mmm, déjame pensarlo.-dijo acariciandose la barbilla exageradamente simulando como si estuviera pensando en algo.-no.- levantó más su mano elevando la pulsera fuera de mi alcance.
-¿Quieres dinero por ella? ¿Cuanto quieres?.- le dije sacando mi muñequera de la bolsa de dentro de una de las bolsas de mi chamarra.
Yo no traía pacas de dinero como ellos, pero siempre traía efectivo, como 15 mil pesos más o menos, para las emergencias ya se la saben.
Saqué los billetes para contarlos
-Nah yo no quiero dinero, preciosa.-dijo extrañándome.
-¿eh?.-
-Quiero tu número, y una cita.-dijo haciéndome reír jajajajajajajaja.
-jajajajajajajaja.-me reí en su cara hasta que se acercó más a mi provocando que dejara de reír pasó sus manos por mi espalda hasta llegar a mi trasero pero rápidamente las subió hasta mi cintura donde las dejo.
-Quítate a la verga de aquí y dame mi pinche pulsera.- trate de ser amable pero este wey pero ya me había sacado de juicio, con mis manos traté de empujarlo de los hombros pero el apretó el agarre.
-No muñequita aquí se hace lo que yo diga.-me susurró al oído asqueandome.-y si quieres tu pulsera tienes que cooperar.-
-Neta vato, neta ahorita no traigo ganas de alegar, zúmbate a la verga y dame mi pulsera si no quieres que te mande a enfriar un rato.-lo amenace.
Ahora el que se rio fue el
-¿ah si? ¿La princesita del narco me va a matar?.-se rio cínico en mi cara, aproveche el momento de distracción para empujarlo y sacar la pistola de mi chamarra.
-Ay mi amor, se que tu no eres capaz de matar ni a una mosca, tu no vas a dispararme.-me dijo mientras se acercaba otra vez.
-Ella no pero yo si, ¿como la vez?.- se escucho la voz del Cornelio atrás de nosotros. -Ingatu madre ya valió este vato jajaja pobrecito.- lo pensé
El se giró y aproveché ese momento para apuntarlo con la pistola por la espalda y obligarlo a caminar fuera del local.
Llegamos al estacionamiento y lo empujé con fuerza haciendo que cayera al piso.
-Yo no le tengo miedo a un narquillo de quinta.-dijo muy seguro.
-Pues deberías.- amenazo Vega y luego disparo

La Barbie [Cornelio Vega] TERMINADA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora