Capítulo 2
La Furia
Litzy
Miraba fijamente como Sandra Cher arrastraba a Ethan a la oscuridad y no sabía cómo me sentía al mirar aquello, porque me decía a mí misma que no podía tener un mísero sentimiento por él, pero comenzaba a sentirme molesta con algunas cosas y no podía darme el lujo de sentir por nadie, así que aparte la vista, le di un sorbo aquella sidra que era demasiado dulce para mi gusto y no concordaba con la amargura que llevaba por dentro, era como una maldición que corría por mis venas.
—Litzy—dijo Cassidy con notable entusiasmo y no pude evitar sonreír, me encantaba verla feliz la chica frente a mí se había ganado un pedacito de mi amargo ser — ¿Todo bien?—Su pregunta me descolocó un poco, pero sabía que mi ceño fruncido evidenciaba mi humor.
—Claro—dije con falso entusiasmo —Estoy muy feliz por ti, ya era hora—Cassie se puso colorada de la emoción y no pude evitar regalarle una sonrisa genuina.
—¿Dónde está Ethan? —me encogí de hombros quitándole importancia —Lit...— levanté mi mano para que no continuará, porque sabía por dónde iban encaminada sus palabras y hoy realmente no está de humor para escucharla.—Te quiero Cass, pero déjame a mi manejar lo de Ethan— Asintió, pero pude ver el descontento en su rostro y no podía permitir que en este día precisamente Cassie se estresara con mis asuntos —Unámonos a los demás y disfrutemos esta noche, mañana podemos lamentarnos de todo lo que quieras —Rodo los ojos pero dejo que la arrastrara de regreso a la fiesta, necesitaba despejar la mente.
***
—¿Estas de humor para vernos?—mire la pantalla de mi móvil por un largo rato sin saber que contestar, porque aunque no quería admitirlo lo de la noche anterior había sido un golpe bajo a mi dignidad, pero de que me quejaba yo misma había puesto las malditas reglas en esta relación y yo misma había hecho cosas de las que no estaba muy orgullosa que digamos.
—Quedé con mi madre hoy —conteste fríamente no había más nada que agregar.
Me senté sobre la cama y contemple con poco gustó aquella pequeña habitación, Cassie aún dormía no me había dado cuenta de la hora en que llegó anoche, si es que fue anoche, pero no la culpaba Jack y ella tenían que recuperar el tiempo perdido y sé que tendría que soportar muchas cosas antes de que ella se fuese definitivamente de aquí...
—Ok —mire que decía la respuesta de Ethan en mi móvil.
—Es domingo —aparte la vista de mi móvil y la deposite en una Cassie soñolienta.
—Iré a ver a mamá y a Nick —aparte las sábanas que me cubrían.
—Ese hombre es un santo, mire que hacerte madrugar en domingo—Nick había sacado a mi madre del alcoholismo, le había devuelto la vida y con ella la esperanza de que si existían personas que podían cambiarte la vida, mi madre había regresado a ser la mujer antes de la muerte repentina de mi padre. En agradecimiento a Nick mi madre le regaló el privilegio de ser padre y así nació mi hermano pequeño Ricky.
—Realmente lo es —dije al fin y Cassie volvió arroparse para seguir durmiendo.
Mi móvil vibró y decline aquella llamada, no sé cómo pude besarme con Josh la noche anterior, creo que la situación con Ethan me hizo perder los sentidos y ahora tendría que buscar la manera de quitarme al chico de encima, está bueno y toda esa mierda pero mi vida estaba demasiado jodida como para joderla aún mucho más, resoplé con fastidio y me dispuse a entrar al baño, pero mi pantalla se iluminó nuevamente y levanté las cejas al mirar el mensaje.
—Estoy detrás de tu puerta...
Me mire de arriba abajo, pero después recordé que me importaba una mierda lo que la gente pensará. Abrí la puerta y antes de salir por completo mire por encima de mi hombro a Cassie y la cerré detrás de mí, luego choque de frente con la intensa mirada de Ethan, sus ojos me recorrieron de la manera en la que siempre él lo hacía, pero aparta del deseo que podía ver en ellos había algo más, enojo porque sus cejas estaban cruzadas.
—¿Qué hiciste anoche?—su mandíbula se tensó y se acercó de manera amenazadora a mí, mi espalda quedo pegada a la puerta y sentí una extraña sensación en la boca del estómago. Lo supe allí mismo ante su intimidante proximidad, Josh había abierto la boca y Ethan estaba furioso.
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Los Secretos De Litzy (Chicas Gordas #4) BORRADOR
Dla nastolatkówSIN EDITAR Litzy Brown no creía que el amor existiera, había vivido en carne propia el dolor de saber que la persona que más amas, es la que te puede herir más profundamente. Su infancia fue turbulenta y por el alcoholismo de su madre su vida se con...