Los Secretos De Litzy (Chicas Gordas #4) BORRADOR

Capítulo 29. Nunca Antes

Capítulo 29

Nunca Antes

Ethan

—Litzy —Dije, mientras la intensa miraba de la chica frente a mí me dejó sin respiración, nos quedamos en silencio mirándonos el uno al otro, simplemente disfrutando del significado de nuestro encuentro, la espera había llegado a su final, la montaña rusa en las que nos habíamos subido nos dejaba al fin bajar, podría abrazarla y no dejarla ir jamás, podría besar sus labios por el resto de mi vida sin cansarme, lucharía porque así fuera.

—Ethan —Dijo con tanto anhelo mientras se echaba a mis brazos, sentí mi herida escocer pero no quería arruinar aquel momento, al fin tenía la oportunidad de olerla otra vez, de tocar sus risos y envolver mis brazos en su cintura, el dolor que sentía en mi brazo era sólo el recordatorio de que no la perdería otra vez, era el anticipo de saber que sería mía para siempre.

—Ya no voy a irme —Dije con tanta seguridad que yo mismo me sorprendí, pero así seria, ya no me iría de su lado.

—Tengo que contarte todo —Dijo separándose de mí y me hizo espacio para pasar —Ya no quiero más secretos en nuestras vidas. —Asentí mientras miraba aquel pequeño apartamento con curiosidad.

— ¿aquí has vivido todo este tiempo? —Le pregunté mientras depositaba nuevamente mi mirada en ella.

—No podía pagar algo más lujoso, Sonya me dijo que podía quedarme en su casa, pero realmente en ese momento no podía estar cerca de ella. —Litzy se acomodó sobre el sofá y me invitó a sentarme junto a ella — ¿cómo estás? —Preguntó con dolor en su mirada — ¿cómo está tu herida? —Una lágrima se deslizó por su mejilla.

—No —Dije con rotundidad. —No llores más, yo estoy bien sólo fue un roce —Se acomodó en mi pecho y yo solo hice lo que debía hacer, estrecharla en mis brazos.

—Tus padres saben que estas aquí —Levantó la mirada y yo asentí —Entonces no se van a oponer — La aparte de mi pecho y enmarque su rostro con mis manos.

—No, ellos saben que te amo —Pude ver la sorpresa en su mirada, era la primera vez que pronunciaba aquellas palabras, la primera vez en toda mi vida y nunca antes me había sentido tan vivo, amaba todo de la mujer frente a mí, hasta sus cicatrices más profundas.

—Yo también te amo —Dijo al fin y había parecido una eternidad pero valió la pena esperar, valió la pena esta espera tan dolorosa, quizás suene masoquista pero era la maldita verdad.

Sabía que habían muchas cosas que decir, sabía que algunas dolerían más que otras, pero me había preparado para este momento, todo lo que había pasado era una preparación para enfrentar lo que los labios se Litzy pronuncian ahora, pero primero la bese, traje su rostro más cerca del mío y la bese como nunca antes lo había hecho, como nunca antes había besado y pasaba que, nunca antes había sentido tanto por alguien, nunca antes había amado tanto a una mujer.