Capítulo 4
Sin Fondo
Litzy
Hay ciertas cosas en la vida que el dinero no puede comprar. Como por ejemplo la sonrisa y sobriedad de mi madre en este momento, ser testigo de que el amor incondicional existe y que no todos los que están a tu lado te quieren utilizar, era la relación que mi madre tenía con Nick, sus ojos brillaban con notable ilusión cuando lo miraba y la llegada de Ricky completo el mundo perfecto de mi madre, sólo había una cosa que perturbaba la tranquila vida de mi madre y eso era yo.
—Litzy lu— dijo mi pequeño hermano cachetón y no pude evitar sonreír, se colgó en mis brazos y beso mi mejilla—Estas cachetona igual que yo—Abrí los ojos grandemente, mientras el pellizcaba mis mejillas y me mire en el espejo del pasillo, era obvio que había subido de peso y aquello alertaría a Sonya.
—Llegaste cariño—Mi madre tomo a Ricky en sus brazos y luego posó sus ojos en mi—Santa madre de Dios— dijo llevando las manos al pecho con exagerada sorpresa.
—Mamá—dijo con molestia.
Dejo a Ricky sobre sus pies y le dijo algo al oído, luego este corrió con notable entusiasmo al patio trasero y mi madre deposito nuevamente sus ojos en mi de manera interrogativa y resople con cansancio, sabía por dónde vendrían sus próximas palabras aunque antes tantearía el terreno con sus famosas rondas de preguntas, sabía con certeza que volveríamos aquel tema que pensé estaba enterrado.
— ¿Qué está pasando? —se acercó a mí y extendió sus manos para tomar las mías pero la rechacé, mi entrecejo se frunció y Sonya respiro con impaciencia.
—No pasa nada—dije secamente—Solo estoy estresada con la Universidad—Asintió no muy convencida y cuando nuestros pasos se dirigían al patio trasero sonó el teléfono.
—Diga —dijo mi madre con aquel peculiar entusiasmo que la caracterizaba y me encamine en donde se encontraban mi hermano y Nick, pero detuve mis pasos y mire donde se encontraba mi madre, el florero que adornaba aquella mesilla se encontraba desparramado por el suelo bajo sus pies hecho pedazos.
—¿Que pasa mamá? —No sé por qué mi voz se sentía inestable y sentí como que me apretaban la boca del estómago con tanta fuerza que dolía como la mierda, pero la mirada de mi madre trajo recuerdos muy turbios de una pasado que nos habíamos empeñado en olvidar.
—Llamo el abogado —Dijo cuándo coloco el teléfono sobre la mesilla nuevamente y un silbido incómodo se instaló en mis oídos— Aprobaron la libertad condicional de Liam—Mi visión se nublo y tuve que sostenerme del taburete que se encontraba cerca de la entrada al patio trasero.
Escuche la risa de Ricky de fondo y las pisadas firmes de mi madre acercándose a mí y el recuerdo de aquellas 24 horas malditas llegó a mi mente. Cuando eres una adolescente aún hay muchas cosas que no entiendes y yo no entendía en aquel momento porque Liam me llevaba aquel lugar tan apartado no había necesidad de hacerlo pensé en mi interior, entonces solo me deje llevar y confié en él ciegamente.
—Las pastillas están en el bolso— dije a mi madre quien corrió a buscarlas.
No había tocado aquel frasco hasta este momento y sabía con certeza que si no la tomaba terminaría en el hospital y aquel resentimiento que había dejado en segundo plano volvía a correr por mis venas, me había prometido no mostrar mi temor, me prometí a mí misma que si este día llegaba, no arruinaría el resto de mi vida, pero que equivocada estaba. Me encontraba de nuevo cayendo en aquel pozo sin fondo de destrucción en el que Liam me había arrastrado con él.
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Los Secretos De Litzy (Chicas Gordas #4) BORRADOR
Teen FictionSIN EDITAR Litzy Brown no creía que el amor existiera, había vivido en carne propia el dolor de saber que la persona que más amas, es la que te puede herir más profundamente. Su infancia fue turbulenta y por el alcoholismo de su madre su vida se con...