Secreto #3

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La primera vez que las cosas se salieron de control fue una de esas en las que Líam venia por ser día feriado a casa. Teníamos una barbacoa y yo había invitado a parte de mis amigos y el chico con el que había empezado a verme por aquel entonces Kevin Ross, me encantaba ese chico me hacía sonreír y besaba como los dioses y era uno de los chicos más populares de la escuela, éramos Júnior y ya con 16 habíamos experimentado muchas cosas, por primera vez no pensaba en Líam de manera enferma.

—Familia—Me puse tensa al escuchar aquella voz cosa que no pasó desapercibida por Kevin.

—Ese no es tu hermano—Mire en su dirección y este clavo sus ojos en mi con sospecha y luego miro mis dedos entrelazados con los de Kevin y camino hacia nosotros.

—Vaya, vaya hermanita ya veo que tienes un pretendiente—dijo de manera sarcástica

—Es mi novio —confirme, porque tenía esa manía de retar a mi hermano olvidando por completo las consecuencias.

—Un placer— dijo extendiendo su mano—Soy Líam Brown—Sonrió con malicia...

—Kevin Ross y el placer es mio—Kevin estrecho su mano con la de mi hermano y este lo halo con tanta fuerza que la bebida que traía en la mano se le cayó al suelo.

—Sólo espero Kevin Ross que sepas juguetear sucio a Litzy le encanta eso —Kevin miró entre nosotros con asombro, mientras yo negaba con la cabeza. Kevin se puso de pie y camino con paso apresurado hacia la puerta y yo corrí detrás de él con lágrimas en los ojos.

—Kev el bromea así, no le hagas caso trata de asustarte —Me había agarrado a su brazo y este apartó mis manos como si le diera asco el que lo tocara y pude verlo en su mirada él lo sabía, Kevin no era estúpido, nunca lo había sido.

—No te preocupes nadie va a saber nada, sabes que soy un chico correcto.

—No Kev por favor— suplique con tanta vergüenza, rabia y tristeza mezclados, pero Kevin me dio la espalda y se marchó.

Corrí a mi habitación y cuando estuve dentro explote como nunca antes lo había hecho y allí comencé alimentar el odio por mi hermano, comencé a maldecir el día en que permití que él me tocará hasta perder el sentido y odiaba seguir sintiendo tanto por él aún, odiaba que su sola presencia me afectará.

—Litzy —escuche decir del otro lado de la puerta me apresure para poner seguro pero fue demasiado tarde — ¿Estas llorando por ese imbécil? —pregunto Líam con tanto descaro y me apresure a él para golpearlo pero sostuvo mis manos antes de que siquiera pudiera tocarle.

Me tomo por la cintura y llevo sus labios a los míos, quise apartarlo intente con todas mis fuerzas alejarlo de mi pero mi hermano de 21 años era más fuerte que yo y sabía cómo manejarme, me conocía mejor que nadie. Levantó mi falda y pasó sus manos por mis muslos desnudos, mis sentidos se fueron apagando uno a uno y me fui perdiendo en aquel ardiente deseo que me embriagaba cada vez que Líam me tocaba, pero la otra parte de mí, esa que comenzaba a odiarlo, estaba despierta pensando en cómo iba a hundirlo.

Los Secretos De Litzy (Chicas Gordas #4) BORRADORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora