Había aprendido a mentir con tanta facilidad que yo misma me había perdido en mis propias mentiras y había comenzado a ser distante, había adoptado una actitud fría y descarada y para antes de mi último año ya me había acostado con más chicos de los que podía contar, algunos mejores que otros pero ninguno podía borrar la suciedad que se encontraba pegada a mi piel, nadie iba a poder deshacer el hecho de que me había acostado con mi hermano, era asqueroso y perturbador, había pedido a Líam que se detuviera pero cada vez era más posesivo.
Aquel invierno era demasiado frío y recuerdo haberme negado a ir con Líam el día antes de nuestra reunión anual en la cabaña que mi padre había comprado en medio del bosque, pero una parte de mi aún seguía confiando en Líam a pesar de todo lo amaba y a la vez odiaba a mi hermano por haberme robado la inocencia, por haberme convertido en la sínica chica que era ahora, pero él nunca me había hecho daño aunque aquello era una puta mentira.
—No pasará nada que no quieras que pase— Dijo mientras acariciaba mi muslo con su mano y me estremecí no puedo negarlo, Líam siempre provocaba aquello en mi
—Sólo estoy cansada— Dije con frialdad y apartando sus manos de mis piernas—Es mejor que dejes tus manos quietas, esta mierda entre nosotros debe terminar—Me miró con enojo pero no pronunció una palabra más y unos minutos después habíamos llegado.La cabaña era gigantesca uno de esos lugares que papá había comprado sólo por el puro deseo de hacerlo, no me malentendían me encantaba el lugar, porque allí te podías desconectar de todo aunque sabía que con Líam cerca para mí iba a ser imposible. Me colgué la mochila del hombro y me coloque los auriculares mientras llevaba mis pasos al interior de la cabaña, mi habitación era la las alejada y aquella que tenía una vista panorámica del bosque, era tenebroso pero me encantaba esa sensación de suspenso que causaba.
—Knock Knock—escuche decir detrás de mí y me hice la estúpida ya que traía puestos los auriculares.
Sentí cada paso de Líam, pero me quedé inmóvil sopesando hacer algo que debía hacer hace mucho tiempo, pero el miedo mezclado con mi inmadurez siempre me impidieron dar aquel paso, entonces sin pensarlo más encendí la grabadora de mi teléfono, estaba traicionando a mi hermano y sé que en parte yo había tenido la culpa, la única diferencia era que yo seguía siendo menor y mi palabra tendría más valor que la de él.
—Vamos a jugar un poco gatita —Dijo con sensualidad mientras sus manos acariciaba mi cintura, ya se encontraba excitado podía sentir su pene en mi trasero.
—No quiero Líam—dije con los dientes apretados— ¡Te dije que no quiero!—Casi grite entonces Líam me cargo y me dejó caer de golpe sobre la cama.
—Pero con todos tus amiguitos si te gusta verdad —Abrí los ojos ante sus palabras —Lo sé todo Litzy, sé que te acuestas con cualquiera y ahora te quieres hacer la digna conmigo.
—No Líam por favor, no—se quitó el cinturón y me giró para que quedará de cara sobre la cama, me bajo el pantalón y luego me quito la ropa interior, me sostuvo firmante las manos y cuando llegó el primer azote solté un alarido que me quemo la garganta y así continuó hasta que mis nalgas escocieron y luego me penetró sin importarle que lloraba a todo pulmón y sin darse cuenta de que estaba siendo grabado. Aquel frio invierno se convertiría en el final de mi martirio.
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Los Secretos De Litzy (Chicas Gordas #4) BORRADOR
JugendliteraturSIN EDITAR Litzy Brown no creía que el amor existiera, había vivido en carne propia el dolor de saber que la persona que más amas, es la que te puede herir más profundamente. Su infancia fue turbulenta y por el alcoholismo de su madre su vida se con...