Secreto #2
Cuando Liam se marchó a la universidad, pensé que al fin comenzaría a dejar de sentir estas cosas enfermas que sentía por él, ese deseo que quemaba mi sangre a la espera de que la noche cayera y él se colara en mi habitación para tocarme. No habíamos pasado aquella barrera, sólo nos besamos y si, no puedo negar que llegue a tocar su pene en más de una ocasión y el también tocó mi sexo hasta volverme loca, pero nunca hubo penetración y sentía que con aquello estaba cubierto todo, pero eso era una vil mentira, era asqueroso desear a tu hermano.
—Al fin Líam va a poder venir este fin de semana—dijo mi madre con entusiasmo y yo me había puesto recta.
Líam se marchó hace un año y desde entonces he sentido cierto equilibrio en mi vida Aunque a los 14 no es como que tengas que preocuparte por muchas cosas, ese no era mi caso había permitido que mi hermano me tocará, me había besado con él como si fuese un cualquiera y no mi único hermano de padre y madre, pero había recuperado la postura e intentaba olvidar todo aquello pero este fin de semana arruinaría todo mis planes.
—Quedé con Kimmy para estudiar este fin de —dije mientras me llevaba un bocado de patatas a la boca.
—Kim puede venir aquí—dijo mi padre sin más —Líam viene a vernos a todos por muy poco tiempo y tú sabes lo que él te quiere— plante una falsa sonrisa en el rostro y aunque se me había quitado el apetito seguí comiendo aquella cena. Aquel fue uno de los primeros síntomas de mi ansiedad.
***
Sólo tuve que decirle a Kimmy que Líam vendría este fin de semana y aceptó encantada quedarse en casa. Ella no sabía la realidad de aquella invitación y que sólo era un escudo protector para que Líam no se colara en mi habitación, con Kimmy cualquier intención de mi hermano sería imposible o eso era lo que yo quería creer, porque sabía que su mente era maquiavélica y podría ingeniárselas sin importar si estuviese acompañada o no.
Las carcajadas de mi madre se escuchaban a la puerta de entrada y allí supe que mi hermano había llegado, él era la luz de sus ojos de Sonya amaba a mi hermano y siempre había sido débil con él y no era que no me quisiera a mí pero con Líam cerca todo era luz en su vida, tenía el poder de hacer que la personas lo quisieran y usaba muchas veces eso a su favor para lograr sus objetivos.
—Haz llegado cariño —dijo mi madre mientras colocaba frente a Líam un vaso con te frio, mi hermano que se encontraba de espaldas se giró en su asiento y me regaló aquella sonrisa que me dejaba sin aliento.
—Kimmy Gin—dijo Líam pasando de mí y saludando a Kimmy, quien por lo sonrojadas de sus mejillas sabía se había enamorado un 10% más del 100% en que se encontraba su enamoramiento por mi hermano—Litzy—dijo fríamente y sabía a qué se debía su actitud y también sabía que quizás no había servido de nada mi intención de traer a Kimmy a casa.
Arrastre a mi amiga conmigo y sentí sus pasos detrás de nosotras subí la escalera de manera apresurada mientras Kimmy se quejaba por la fuerza que ejercía en su brazo, pero antes de perderme en la protección de mi habitación la voz profunda y penetrante de Líam me detuvo.
—Nos das un minuto bella Kimmy, quisiera hablar algo importante con mi hermana —Kim asintió y se perdió detrás de la puerta de mi habitación, mientras Líam iba de camino a su antigua habitación, pero yo no pude moverme estaba estática—Estoy esperando por ti—La dureza de sus palabras me hicieron estremecer.
Conocía aquel tono de voz y las consecuencias que traía el mismo. Había ignorado las llamadas y mensajes de Líam desde que se había marchado, incluso en mi cumpleaños número 14 le había enviado un vídeo donde me encontraba compartiendo con mis amigos y en el mismo Kevin Ross me daba un beso de pico, lo había hecho a propósito para terminar de zanjar está enferma relación. Y ahora Líam iba a castigarme porque era lo que hacía cuando me portaba mal y sabía que el castigo podía ser aún mayor que las anteriores veces.
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Los Secretos De Litzy (Chicas Gordas #4) BORRADOR
Teen FictionSIN EDITAR Litzy Brown no creía que el amor existiera, había vivido en carne propia el dolor de saber que la persona que más amas, es la que te puede herir más profundamente. Su infancia fue turbulenta y por el alcoholismo de su madre su vida se con...