Capitulo 29

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P.O.V Claudio

No se como fue que llegue a este momento, el momento en donde estaría casado con Emilia, realmente fue un milagro que aún siga vivo, y todo eso es gracias a las palabras del amor de mi vida, todas esas cosas que me dijo cuando estaba hospitalizado, en coma.

— Amor— llama mi atención mientras cenamos.

— Si?— levanto mi vista del plato para enfocarla en esa hermosa cara.

— Me tenias algo que decir.

— Ah cierto— dejo el tenedor en el plato y aclaro mi garganta— Me gustaría que mañana vengas conmigo a visitar a mi familia— finalizó con una sonrisa.

— Es encerio?— me pregunta sin creerlo.

— Emm, si amor.

— Claro que iré, me alegra mucho que al fin podré conocer mejor a tu familia— me sonríe y deposita un cálido beso en mi mejilla.

— Qué te parece si vamos a la cama?— le pregunto en un tono pícaro.

— Claudio— dice mi nombre con un tono divertido— A dormir— me reprende.

— Solo a dormir?— me quejo.

— Si, después de todo estoy agotada.

— Ah, ok, como diga mi señora— me levanto y me dirijo a la habitación.

(...)

Ya en la mañana me levanto y me doy un baño, una vez fuera me vestí con outfit muy cómodo que consta de una sudadera gris y un shoguin deportivo, no saldré a hacer deporte, pero si iré a hacer las compras con mi mujer.

— Amor— golpeó la puerta del baño— Ya estás lista?

— Si, ya casi salgo.

Decido no responder y me voy a la cocina, después de todo estoy muriendo de hambre.

Bajo las escaleras y me dirijo a la cocina, una vez allí saco lo necesario para hacer un delicioso desayuno.

Cuando tengo todo listo lo comienzo a preparar, prendo la hornalla y coloco el sartén para luego freír las frilloas.

Estoy tan concentrando en lo que hago, hasta que siento algo en mis caderas, casi al instante quiero girar hacia atrás, pero algo me lo impide, un abrazo, coloca su cabeza en mi hombro mientras me abraza. Sin poder evitarlo sonrió como un idiota, ella me vuelve loco, es la felicidad de mi vida.

— Ya estoy lista amor— susurra en mi oído, provocando que una corriente eléctrica recorra por completo mi cuerpo.

— Entonces te puedes sentar a esperar que esté listo el desayuno— me doy vuelta y depósito un beso en su frente.

— Me encanta verte así— pronuncia mirándome a los ojos y me vuelve a abrazar, pero esta vez de frente.

— Así como princesa?— coloco mi barbilla encima de su cabecita y sonrió como un completo idiota.

— Como mi esposo, preparando el desayuno, y ver el brillo de tu amor en tus ojos— levanta su cabeza y me mira.

— Y a mí me encanta que me ames, que me quieras, y por sobre todas las cosas, que seas mía— acerco mi cara a la suya poco a poco, provocando que ella imite mis actos, continuamos así hasta que nuestros labios se rozan entre sí, dónde nuestras respiraciones chocan entre sí y se mezclan.

— Te amo— susurra.

— Yo te amo más mi princesa— y termino por sellar nuestras palabras y unir nuestros labios, cada uno siguiendo el compás de nuestros corazones, en donde nuestros labios juegan entre si, se mueven a un ritmo tranquilo, suavemente, disfrutando del sabor de cada uno, cuando nos estamos por separar apriciono su labio inferior entre mis dientes.

Cuando ya nos separamos se puede escuchar en el silencio nuestras respiraciones agitadas.

Me embriagó y viajo en un mundo de fantasía viendo sus hermosos ojos, hasta que un olor extraño me hace volver a la realidad con los ojos hechos platos.

— Las frilloas!— me sobresalto y corro a apagar la hornalla, viendo dentro del sartén una cosa negra, algo incomible.

— Jaja— escuchó la carcajada de Emilia a mis espaldas— Eso no lo come ni los chanchitos (sin ofender a los pobres animalitos)— dice y yo no puedo evitar sonreír.

— Lo se, lo sé amor— tomo el plato de las tortillas (que si están comibles) y me dirijo a la mesa para poder desayunar— Lo se perfectamente, por eso mismo a esa te la vas a comer tú mi amor— la miró a los ojos y veo cómo está a punto de decir algo pero la interrumpo— Y yo te como a ti—  le sonrió y comienzo a devorar mi desayuno mientras veo lo sonrojada que la deje con mis palabras.

— Claudio eres un pervertido— se queja y comienza a comer su desayuno, no sin antes servirse zumo.

— No te hace pervertida también el hecho de que tú haces esas cosas conmigo?— rio a carcajadas al ver como se atraganta luego de escuchar mis palabras.

— Ya basta, come rápido que nos tenemos que ir a visitar a tu familia— intenta dejar de lado nuestra conversación, decido no seguir jodiendo más y hacer caso a sus palabras.

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Y fin.


No, era broma, espero que os haya gustado el capítulo, nos vemos, bye!!!!

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