Capítulo 32

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3/5 Maratón

P.O.V Machu

Ya han pasado unas semanas desde que León me propuso mudarme con él a la nueva casa, y hoy por fin era el día, el día en el que me mudaría con él.

Cuando terminó de guardar mi ropa en las cajas un escalofrío recorre mi cuerpo, provocando que inconscientemente lleve mis manos a mi vientre. Ya mi panza estaba un poco más abultada, mañana oficialmente cumpliría cinco meses de embarazo y por fin vería a mi bebé, sabría lo que es.

— Amor— la voz masculina de León se escucha por toda la habitación ya vacía provocando un eco haciendo que salga de mis pensamientos.

— León— me doy vuelta para poder verlo a la cara.

— Lista para ir a la nueva casa?— camina coquetamente hacia mí y me toma de la cintura.

Lentamente acerca su cara hacia mi, pero saben, yo también soy una chica difícil. Con una sonrisa divertida pongo mi dedo índice en sus labios y lo empujó delicadamente.

— Vamos, carga las cajas por esta pobre embarazada— lo miro divertida mientras el bufa y hace lo que le pedí.

— El embarazo se te da de maravilla Machu— pasa por mi lado dejándome atrás, lo que provoca que me dé risa.

— Yo también te amo— camino detrás de él.

(...)

— Wao— artículo al ver la habitación.

— A poco no es bonita?— me toma de la cintura por atrás.

— Es hermosa— digo con entusiasmo al ver la que será la habitación de mi hijo/a.

Las paredes son de un color verde manzana y la cuna es de color crema. Claramente no tiene muchas cosas porque aún no sabemos el sexo de nuestro bebé pero todo es realmente precioso.

— Y...— lentamente León me gira hacia él, hasta que quedamos cara a cara— No quieres ver la nuestra?— pregunta coquetamente.

— Mmmm... Mejor la cocina— sonrió angelical mente.

— Oh vamos Machu, nuestra habitación necesita ser estrenada, la cocina puede esperar— me toma de la mano y me lleva rastras al cuarto, mientras que yo rio a carcajadas.

— Yo quiero estrenar la cocina— me quejo una vez que se detiene.

Miro la habitación que se encuentra frente a mí y que anonada con lo que veo, simplemente es hermosa.

— Que-que bo-bonito— lo lo se, porque tartamudeo? Pues es simple, ni yo lo sé.

— Y solo para nosotros— me toma de la muñeca y me jala hacia el.

Mi rostro se impacta en su pecho, así embriagandome con su aroma, les juro que huele delicioso. Siento como unas manos grandes toman mi rostro para así subirlo. Lo miro a los ojos y sólo logró suspirar y ver sus labios, unos labios tan apetecibles y ricos, sin estar en mis cinco sentidos paso mi lengua por mis labios, hasta los siento secos.

— Eres tan hermosa— susurra y comienza a besar mi cuello haciendo que mil corrientes eléctricas recorran mi cuerpo— Tan sexy— vuelve a susurrar esta vez en mi oído, sus besos siguen dejando un sendero de placer hasta que llega a mis labios— Y solo mía— oh eso suena tan lindo en sus labios.

Cierro los ojos y me dejó llevar por el sabor de sus labios, son tan adictivos, el me besa con pasión, con fiereza y con deseo.

— Hazme...— de golpe abro mis ojos y rápidamente me retracto de lo que iba a decir, malditas hormonas.

Suena estúpido lo que diré pero lo quiero hacer sufrir, se tendrá que aguantar por qué está mujer es tan especial que se hace esperar.

— Oh bebé— coloco mi dedo sobre sus labios y me acerco a su oído— Tengo hambre, pero no de ti y tengo sueño— con una sonrisa estampada en mis labios me alejo de él y camino coquetamente fuera de la habitación.

— Machu!— oigo su gritó de queja lo que provoca que una carcajada se me escape— No me hagas esto!! Mira como me dejaste— lentamente me giro y veo cómo sale hecho una furia señalando su entrepierna, al verlo no aguanto más y una gran carcajada se me escapa al ver la fiera que tiene ahí.

— Querido, deberías ir al baño y domar a ese león— señaló su entrepierna y el me mira aún peor.

— Y si mejor tú te encargas de él?— se acerca peligrosamente a mi mientras que yo retrocedo.

— No me gusta el sexo oral— me quejo e intento alejarme más de él.

— Pero a él le gusta tu boca amor— por más que me quiera alejar más de él es imposible, la pared ahora es mi peor enemiga.

— León, sabías que te amo?— pregunto cómo niña inocente.

— Y sabías que yo amo tu boca?— al verlo nuevamente a tan pocos centímetros de mi mis sentidos dejan de funcionar y ya no se que hacer.

— Si te acercas un solo paso más juro que te dejo sin sexo por todo un mes— oh por dios creo que ni yo aguantaré tanto, pero es lo único que me queda.

— No te atreverías, se que tu tampoco aguantarías— dios como este hombre me conoce tan bien?

— Oh se nota como no me conoces, yo podría aguantar hasta un año entero sin ver a tu león— moriría sin verlo.

— Machu tú me tienes loco, encerio que me tienes loco— se aleja unos cuantos pasos de mi y se jala el cabello— Está bien, hoy no lo haremos— suspira y me mira a los ojos— Y tengo hambre, que dices de ir a algún restaurante a comer?— asentí con la cabeza— Pero antes debes de esperar un rato, por qué esto— señaló a su amiguito— No se arregla solo.

Y así lo vi marcharse al baño dejando mi corazón desenfrenado.

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