Capítulo 31

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Maratón 2/5

P.O.V León

El día de ayer fue uno de los mejores, la sola idea de saber que mañana me mudaré para vivir junto al amor de mi vida hace que el sol brille más de lo debido.

— Buen día— saludo a la recepcionista una vez que estoy abajo.

— Buen día señor, como está el día de hoy?— me sonríe amablemente, provocándole a cualquier persona descartar la sola idea de no devolverle la sonrisa.

— Muy bien Rina, hasta juraría que el día de hoy el sol brilla más de lo debido— le dedicó una sonrisa cálida.

— En eso no se equivoca, la temperatura el día de hoy es espectacular y el clima ni decir— tenía la intención de contestar, pero no lo hago puesto que llega una persona a pedir habitación.

Salgo de hotel camino a la empresa en el auto, pero algo me detiene, rápidamente freno al ver un accidente frente a mí.

Bajo del auto y me apresuró a ayudar.

— Que sucedió?— le pregunto a una señora que se encontraba observando el panorama sin hacer nada al respecto.

— La-la muchacha iba conduciendo una moto, el semáforo marcaba verde a favor de la muchacha, pero en el momento que fue a pasar un vehículo a su derecha no respetó que el semáforo le marcaba rojo, provocando que el vehículo chocará a la moto— me mira y veo cómo tiene los nervios a flor de piel.

— Entiendo— rápidamente me subo las mangas de la camisa lo más que pueda y corro a acudir a los accidentados.

—Con permiso— voy diciendo mientras intentó cruzar por el mar de gente que se formo rápidamente debido al accidente.

Cuando por fin llegó al frente puedo ver todo con precisión, la muchacha con una pierna debajo de la motocicleta, su cabeza completamente ensangrentada y el casco lejos de ella.
Por otro lado se podía apreciar a un señor dentro del vehículo, con su cabeza sobre en volante y con sangre.

Me apresuró a llegar a la mujer, levanto la moto y la dejo del otro lado. Cuando ya está liberada le hago un torniquete en la pierna, debido a que la moto se encontraba encima de ella algo le perforó la pierna dejando una herida profunda, hasta diría que veo su hueso.

— Llamaron a una ambulancia?!— gritó desesperado a las personas que nos rodean sin hacer nada, soy el único que intenta hace algo.

— Si señor, la ambulancia no tarda en llegar.

Sin previo aviso escuchó el sonido de las sirenas sonando, lo que hace que mi corazón se acelere y un alivio enorme me entre.

— Que alivio— susurro para mí mismo— Te vas a salvar— le digo a la chica que se encuentra inerte en el suelo.

Me levanto de mi lugar y la tomo en brazos sin importarme que mi camisa se ensucie, corro lo más que puedo a la ambulancia, cuando llegó unas chicas corren a mi dirección con una camilla.

Una vez que están a mi lado dejo a la chica con sumo cuidado encima de esta.

— Muchas gracias— me dice una de las chicas— Es algún familiar de la chica?— me mira a los ojos esperando mi respuesta.

— No, solo soy una simple persona que la ayudo— cuando ya me iba a ir la chica me toma del antebrazo y hace que la miré.

— La puede acompañar— me dedica una sonrisa, no fue una pregunta ni una petición.

— Gracias, la acompañaré.

(...)

No sé cuánto tiempo llevo aquí, pero ya no siento mi trasero.

— Señor— veo cómo el doctor se acerca a mí, rápidamente me levanto de mi lugar y espero a que hable— La señorita Laila está mejor, gracias a Dios el golpe en su cabeza no llego a afectarle tanto, solo tiene una breve pérdida de memoria, pero la recuperará en unos pocos días.

Suspiró aliviado luego de las palabras del doctor, aunque no conozca a la chica ya la aprecio.

— En cuanto a su pierna, lamentablemente la tiene quebrada, pero nada sin cura, solo necesitamos hacerle una operación de riesgo inexistente. Y debemos de darle la buena noticia de que el feto no sufrió herida alguna, aunque quizás presente algunos síntomas de aborto, en caso de que eso ocurra le pedimos que rápidamente se presente en el hospital— termina y mira su planilla— Eso es todo, si gusta puede pasar a verla— me sonríe y se retira.

Ella está embarazada.

La idea de ir a verla se cruza por mi mente pero rápidamente la descarto, la chica no me conoce y sería raro que la vea.

Camino a la entrada y antes de irme les pago por todos los gastos de Laila.

(...)

*Llamada telefónica*

— Ella a escapado, le llamamos para informarle y no se preocupe, nosotros estamos haciendo todo lo posible para encontrarla, pero quizás deba de tener cui...

No termino de oír lo que dice, simplemente mi celular calló de mis manos junto a mi cuerpo. Esto no puede estar pasando, todo iba tan bien, ya no había problemas en nuestras vidas.

Ahora todo era una mierda, la vida de Machu y de mi hijo/a corrían riesgo.

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