37. ¿Vas a dejarme que te adore?

5.7K 558 58
                                    

La luz en la ventana le dio directo en el rostro fastidiándola de inmediato, sintió un extraño dolor agudo en el lado derecho de su cabeza. Seguido de confusión sin saber en donde estaba.

Parpadeo numerables veces para concentrarse en su alrededor. Frunció el ceño al ver que se encontraba en su habitación, porque no recordaba haber llegado a su habitación. Diablos, nunca se había sentido tan extrañamente mal. Volteo a ver a su alrededor con su garganta seca. 

- Ya despertaste. - Su novio sonrió y entró a la habitación con un vaso de agua fría, además de una pastilla. 

- ¿Qué? - 

- Dime que recuerdas algo. - Ella frunció el ceño y negó de inmediato. 

- ¿Qué cosa? - 

- ¿Nada? - Ella solo se le vino algo a la mente cuando sujeto el vaso y tomó la pastilla con agua fría. Recordó a su novio en una tarima golpeando a otro tipo. 

- Claro que recuerdo cosas. - Dijo en voz baja, suspiró al sentirse extrañamente adolorida. - Como a mi novio mintiéndome. - Regaño con su mirada molesta. 

- ¿Qué? - Su novio la vio extrañado. 

- Estabas peleando con alguien en una tarima. -

- Ah eso. - Se sintió atrapado. - ¿Fuiste? No te vi. - 

- Porque no quise que me vieras. - Negó Lili bostezando. 

- Las apuestas dan buen dinero. - 

- Wyatt es ilegal, además de que un estudio decía que las personas que practican ese tipo de deportes suelen tener enfermedades como alzheimer u otras consecuencias a la larga. - Negó enterrando su rostro en el almohadón.

- ¿Estás molesta por eso? ¿Por eso te pusiste a beber? - 

- ¡¿Qué?! Wyatt, pero si yo no bebo. - Lo miró mal, se sintió extraña cuando sintió su labio inferior mordido. 

- No estoy molesta, sabes que yo te apoyaría en lo que quieras. Aunque me costaría apoyarte a destruirte, es cosa tuya. Y de lo demás no sé de que estás hablando. - Negó suspirando, sabiendo que tendría que bañarse  Cuando salió de la cama, notó que apenas estaba en ropa interior.

- ¿Y mi ropa? - Observó a alarmada a su novio mientras procuraba cubrirse, intentando que la vergüenza no la carcomiera por dentro. 

- ¿No recuerdas nada? ¿Nada de lo que bebiste? - 

- ¿Beber yo? ¿Has visto que me guste la cerveza siquiera? No me gusta nada el alcohol. - Negó obvia. 

Wyatt quería reírse en su cara y lo hizo, estallando en carcajadas, sujetando su estomago en el proceso, eso era demasiado. Su cara de ángel confusa aún al despertar le aseguraban que su novia no se parecía nada al demonio que casi vomita en su espalda la noche anterior, o la que casi lo obliga a tener sexo en un elevador. 

- ¿Qué es tan gracioso? - 

- Es mejor que tomes un baño, para que tengas la cabeza fría y puedas recordar un par de cosas. - Ella no entendía el porque de su risa, porque le dolía caminar, porque tenía puesta solo ropa interior, se removió extrañada en su puesto, y se puso pálida de inmediato. 

- Wyatt ¿Fornicamos? - Le preguntó muy asustada, y avergonzada de no ser capaz de recordar nada. 

- No lo sé preciosa, dimelo tú. - La manera en que le dolía al caminar con la sabana puesta le aseguraba que algo había pasado la noche anterior, pero no sabía qué. 

- ¡Wyatt! - Él solo podía ahogarse en su propia risa.  

- Lo mejor es que ya sé que hacer cuando quiera embarazarte. - Rió a todo pulmón al ver su rostro rojo. 

Cuando el Demonio Ama al Ángel. © CORRIGIENDO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora