26. Mejor tarde que nunca.

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— ¿Entonces estás en el equipo de fútbol? —

— En el oficial. — Decía Lili orgullosa, y Eleonor asentía admirada.

— Es solo por la beca. — Wyatt no veía aquello más que como una oportunidad para pagar explícitamente por sus estudios.

— Pero está dando lo mejor. — Lo alababa su novia. — En este último semestre sacó las mejores notas. — Decía ella.

— Eso fue porque me amenazó con no mudarse conmigo. — Dijo obvio Wyatt apuntando a su novia. Eleonor rió un poco, mientras limpiaba junto a Wyatt el comedor viejo pero barnizado entre tanto Lili cocinaba para la cena.

— Podrías usar ahora el fondo que tú padre dejó para la Universidad si tienes algún contratiempo o algo que no estaba en su presupuesto. — Wyatt asintió de acuerdo. Luego recordó que vivían juntos y pensó en la chica.

— Debe haber sido raro para tu madre seguramente el no conocer a la madre del chico con el que su hija iba a mudarse. — Lili rió un poco.

— En realidad a ella no le importa. —

— ¿Ah? — Eleonor no entendía.

— Aunque no lo creas no eres la peor madre del mundo. — Dijo Wyatt sacudiendo un par de sillas.

— ¡Wyatt! — Regaño Lili.

— ¿Cómo? —

— Wyatt se refiere a que mi madre está en un hospital psiquiátrico. —

Eleonor no podía ni imaginarlo, la chica parecía de las que habían sido educadas con buenos modales, de las que sus padres le habían enseñado cómo ser una verdadera dama.

— ¿Tú madre? — Ella asintió. La madre de Wyatt hizo una mueca. — Debió ser difícil para tú padre. — Wyatt negó.

— Fue difícil para mi abuela. — Sonrió Lili.

— Oh. —

— Si. — Asintió Wyatt. — Ahora comamos porque se hará tarde y dejé la moto estacionada lejos. — Eleonor entendió.

— ¿Podemos quedarnos aquí a dormir? — Eleonor se sintió avergonzada. Su cuarto era el que apenas tenía una cama.

— Si quieren pueden quedarse en mi cuarto. — Lili suspiró sintiéndose mal, porque sin querer quizás la metió en una situación comprometedora.

— No. Si quieres... — Wyatt pensó un momento. — Si tú quieres podemos visitarte mañana. — Dijo recibiendo el plato de su novia y sentándose a comer con calma al igual que su madre. Eleonor asintió repetidas veces.

— Claro que sí, pueden venir cuando quieran. Después de todo es tu casa Oliver. — Wyatt asintió, aunque ya no se sentía suya.

— No se preocupe. Wyatt tiene razón podemos ayudarle a reparar un par de cosas antes de irnos. — Eleonor asintió a su nuera con una sonrisa, la pequeña le caía bien.

[• • •]

— ¿Ves? Te dije que todo iba a salir bien. Mejor tarde que nunca. Decía Lili con una sonrisa en el hotel haciéndose una coleta frente al espejo antes de ir a dormir.

— Lo que me preocupa es decepcionarme. — Wyatt sabía que aunque quisiera no podría visitarla tan seguido como a la abuela de Anderson, eso y además su madre estaba sola quizás caería otra vez en el vicio por sentirse sola.

— Le dejaré mi número y estaremos en contacto. — Le sonrió su novia entrando a la cama con la ropa de su novio puesta. — Podríamos hacer incluso videollamadas, ahora ya no hay excusas. —

Cuando el Demonio Ama al Ángel. © CORRIGIENDO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora