20. ¿Qué te hace creer que eres suficiente?

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— Allí estabas Anderson. — Lili elevó su vista hacía Tanner que venía caminando por el pasillo de la biblioteca con mucha confianza.

— ¿Me buscabas? — Le preguntó leyendo el lomo del libro y encontrando un lugar para él en el estante lleno de muchos mundos y otros cuantos conocimientos humanos.

— Me preguntaba si tienes la tarde libre. Porque yo si. — Ella sonrió y negó frunciendo el ceño inmediatamente, realmente poco le interesaba si él estaba libre.

— Me alegro por ti. —

— Pensé que como no habían clases salías antes del trabajo. — Eso era cierto, de hecho pronto saldría de su trabajo e iría a ver a su novio a la práctica.

— Tengo que terminar de arreglar las cosas en el departamento. — Hizo una mueca. En realidad era una mentira, porque no tenía mucho por hacer.

— Entonces ¿Como puedo hacer para verte un día de estos en la noche? — Ella rió un poco.

— ¿Te digo un secreto Tanner? — Susurró Lili ligeramente a pesar de que no habían muchas personas más en la biblioteca.

— Si dime. — Él aprovechó el momento para acercarse un poco más a ella.

— Me gusta regalarle todas las noches a mi novio. — Rió al ver en su rostro la decepción. — Quién es tu compañero de equipo por cierto. — Rodó los ojos Lili más concentrada en los libros que en el chico guapo frente a ella.

— Linda Anderson. Yo podría hacer que tu desees darme todas las noches a mi. — Él intentaba seguir coqueteando con ella, porque le gustaba ver su rostro extrañamente sensual cuando ella fingía que él no le atraía.

— ¿Y qué te hace creer que tú vales lo suficiente como para darte mis noches, Tanner? — Para Lili su novio valía más que suficiente para darle todas las noches que fueran necesarias.

— Bueno yo...— Se intimidó por los ojos profundos de Lili.

— No pierdas tu tiempo, es divertido ver como intentas coquetear o hacerme creer que soy atractiva, pero sé lo que soy Tanner, sé lo que quiero. Y al que quiero es a mi novio. —

— Que por cierto, podría enojarse un poco contigo si sigues con tus ridículos intentos de coqueteo. — Le pidió Lili ya un poco molesta, porque quería seguir haciendo su trabajo.

Camino con su carrito de libros hacia otro pasillo, pensando seriamente en dejar a Tanner ignorado. Hablando con los libros.

— No, mira puede ser que pienses que solo es coqueteo, pero puedo ofrecerte más. — La sujeto de la mano. Ella no lo entendía, de verdad que no lo entendía.

— Tanner me agradas, pero necesitas estar con otra chica urgente. A mi ni me tomes en cuenta. — Se quiso soltar de la mano, porque no le gustaba que se acercará tanto estaba segura que si su novio la veía, iba a mandar al hospital a Tanner.

— Tú eres demasiado terca y yo demasiado impaciente. — Ella lo vio mal cuando estaba intentando acercarse demasiado invadiendo su espacio personal. Y tomando un mechón de su cabello.

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— Vamos Wyatt. — Le pedía Lesly a un Wyatt que no le causaba sentimiento alguno la chica que tenía frente a él.

La chica era un encanto en esa ropa apretada y falda corta, al igual que un par de chicas que estaban esperando hablar con él, pero ningún encantó funcionaba con él. A menos que pusieras a su novia con pijama de abuelita frente a él. Él haría lo que sea por su novia.

Cuando el Demonio Ama al Ángel. © CORRIGIENDO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora