Cuando el Demonio Ama al Ángel. © CORRIGIENDO.

53. Eres lo mejor que me ha pasado.

Decir que la tensión en el aire no se podía cortar con un cuchillo era poco en verdad, porque cuando mucho, podría cortarse con un simple golpe y una bofetada. Eso pensaba hacer Lilith, en ese momento realmente deseaba atravesar el craneo de su padre con una bala, y dejar que su madre rodará por la carretera e incluso por la colina abajo. Observó con ligereza como su novio tensaba el agarre al volante.

- Vas a hacer que te maten. - Comento Lilith a su padre. Quién bufo en su lugar.

- Y tu terminarás en una jodida cárcel pudriéndose por ser tan débil. - Afirmó su padre con una voz tan ronca, pero tan segura que daba miedo.

- ¿Adivino? Puedes estar enfermo , pero no te equivocas... -

- Exacto. -

- Pues te equivocas esta vez. - Lilith fijó su vista al frente.

- ¿Por qué? -

- Porque tú te atreviste a chantajearnos y a amenazarnos porque necesitabas el auto, después de matar a esos tres hombres con crueldad papá... La policia va a buscarte hasta encontrarte, incluso nos lastimaste cuando Wyatt intento detenerte que pararás las cuchilladas con Yakov. - Sonrió Lilith en su lugar. - Todo ha sido tú culpa, si no fuera porque Wyatt me ha defendido ya estaría muerta. - Decía Anderson, sabiendo perfectamente lo que diría a la policía y la culpa que se llevaría su padre a la cárcel.

- No olvides como nos apuntó con el arma para entrar al auto Lili. Y como tú madre te amenazó con matarte de verdad. - Decía Wyatt con una sonrisa desde su lugar en el volante, entendía a la perfección a su novia con sólo escuchar el sonido de su voz.

El rostro de Margaret se desencajó molesta, volteando a ver a Alexander.

- ¿Sabes que nadie te creería una mísera palabra, pedazo de mierda? - Escupió contra Lilith, pero sin embargo ella simplemente volvió a reir.

- ¿Y van a creerte a ti que has sido la culpable de que casi muera durante todos estos años? ¿A ti que tanto te he soportado? ¿Mamá? - Margaret en serio le hubiera encajado las uñas a Lilith en ese instante si no fuera por la mirada de advertencia de Alexander.

- Tranquila Maggie, paciencia. - Wyatt volteó a ver por el retrovisor la postura del padre de Anderson, y también volteó a ver a su novia, quién por la mirada que tenía y en sus ojos decididos, aquellos oscuros ojos decían ya no tener miedo sino rabia, molestia, y verdaderas intenciones de deshacerse de sus padres.

¿Quién era él para negarle algo a Lilith Anderson? Su novia, y la que por tanto tiempo no sólo era su objeto de obsesión sino que era un deseo muy íntimo desde el fondo de su alma. Aquel deseo que como decía Lilith, lo tenía completamente dispuesto a hacer lo que fuera necesario para estar con ella. A hacer lo necesario para que ella estuviera bien y feliz, la quería sonriendo no preocupada porque sus padres quisieran hacerles daño.

- ¿Y esos quienes son? - Preguntó Wyatt fijándose que en la carretera un enorme Jeep negro, polarizado los seguía de cerca.

- ¿Como? - Alexander volteó a ver. - Son los amigos de Janssen si no quieres morir pisa el acelerador. - Efectivamente en cuanto Wyatt empezó a acelerar, el Jeep que los seguía también. A Wyatt lo único que le preocupaba era el hecho de que Lilith saliera lastimada.

Sin embargo Cooper jamás en su vida se había sentido tan molesto cuando vió a un tipo del Jeep sacar un arma y dispararle a las llantas, no sabía lo que estaba haciendo mientras manejaba en Zig zag en la carretera con la esperanza que el tipo que les disparaba no tuviera el mínimo de puntería.

- ¡Wyatt! - El sonido de la llanta derecha trasera siendo explotada y Wyatt perdiendo el control del auto fue suficiente para aterrar a Lili. Apenas alcanzó a abrazar a su novio con fuerza. Un árbol frenó el impacto haciendo que la frente el cuello de Lilith impactará con el respaldo al activarse la bolsa de protección, se sentía sofocada y como si el aire no alcanzará a llegar a sus pulmones.

Cooper tenía sangre deslizándose por toda su frente, inmediatamente volteó a ver a su novia, y aunque la bolsa se había activado de su lado también, una de las astillas del árbol la había hecho perder el aire. Volteó a ver a los pasajeros traseros, Margaret estaba inconsciente mientras que en cambio Alexander pronto lo estaría.  Cooper le quito el cuchillo en el suelo al padre de Lilith para quitar la bolsa que casi la estaba asfixiando y así poder sacarla de ahí.

- ¿Estás bien? - Reconocía la voz preocupada de Wyatt.

- Eso creo. - Wyatt observó que su novia si estaba sangrando aún más.

- ¡Sal Khoury! - Exclamó una voz fuerte desde afuera, Wyatt suspiró con molestia desde su lugar.

- Mierda. - Lo escucharon susurrar Wyatt y Lilith.

- No dispares. - Pidió moviéndose lentamente, Wyatt le pasó el cuchillo de manera sútil antes de que saliera, aunque el llevaba como siempre sus favoritos en las mangas de su camisa.

- Así te queríamos ver enfermo de mierda. - Wyatt salió también lentamente del auto y con tranquilidad fue a sacar a Anderson también.

- ¿Quienes son? - Le preguntaron por ellos, Wyatt y Lilith.

- Puedes matarlos, no interesan. - Decía Alexander ya muy molesto con el mundo por toda la mierda que se estaba acumulando y que no lo dejaba pensar bien como para escapar.

- Mira. Las cosas son sencillas y lo sabes, danos el dinero y asunto arreglado.  - Decidieron ignorarlo. Más tipos se bajaron del Jeep, todos con tatuajes y aunque parecían poco eran al menos más de cinco, poco tiempo pasó y otra camioneta se estacionó tras de la otra, Lilith estaba viendo aquello con Wyatt tras su auto golpeado.

Voltearon a verse ligeramente y Lilith pareció entender por la mirada de su novio que sí, de esa posiblemente no saldrían vivos ni para contarlo, le sonrió con ligereza a Wyatt mientras tomaba su mano en un intento de sentirse lo suficientemente valiente para estar lista y enfrentar su muerte.

- Eres lo mejor que me ha pasado. - Le susurró Wyatt haciendo que Lilith soltará una pequeña lagrima escurridiza.

- A mi también. - Alcanzó a decir con sinceridad, si nunca hubiera conocido a Wyatt no hubiera disfrutado de todos esos lindos momentos a juntos, o no habría conocido lo que otros creían que no existía.