Cuando el Demonio Ama al Ángel. © CORRIGIENDO.

39. Fue sólo una pesadilla.

La pesadas gotas de lluvia hacían helar su cuerpo hasta los huesos, como si no fuera suficiente con los vientos fríos y fuertes que casi podían empujarle. Sus botas negras caminaban con precisión entre los charcos y alcanzó a llegar a uno de esos edificios fuera de la ciudad abandonado, se preguntó internamente porque no había pensado en ir antes o porque había tardado tanto en estar ahí.

El auto de su novia estaba afuera y eso sólo aceleró aún más el corazón de Wyatt, las llaves estaban puestas y una ventana estaba rota, no había señales de ella dentro. Corrió al lugar como pudo, e intentó entrar en el edificio, tenía la esperanza que estuviera esperando por él dentro.

El sonido de la lluvia apagaba el sonido de sus pasos al caminar, como si aquello fuera casi irreal apenas entró había rastros de sangre en el suelo y su corazón latió desembocado esperando que todas las imaginaciones y suposiciones en su cabeza fueran mentira. ¡Todo estará bien! Se repetía para no cegarse en desesperación pura.

- ¡Lili! - Su grito resonó en eco aún entre la lluvia. - ¡Lili Anderson! Sigue mi voz y vámonos de aquí. - Esperaba con toda su esperanza escuchar su voz respondiendo de vuelta. Pero no respondió. - ¡Lili Anderson! - No escuchaba respuesta alguna. Apenas siguió el rastro de sangre a una habitación sus dedos temblaron al abrirla. Su novia si que estaba ahí, pero muy pálida y su ojos apagados. - ¿Lili? - No se movía y no respondía.

- Es Lilith Khoury. - Alexander Khoury volteaba a verlo en una esquina de la habitación y entonces pudo notarlo, su novia ya no respiraba. ¿Porque ya no respiraba? Quería verla sonreír otra vez, pero sus labios estaban pálidos y tiesos. Tocó su piel luego de acercarce a su cuerpo y este no estaba ni siquiera tibio y sus labios se tornaba púrpura. ¿Porque no respiraba?

- ¿Lili? ¡Amor! -

Otro trueno se escuchó tan fuerte que resonó en el departamento y la agitación de Wyatt despertó a Lili, normalmente en sus brazos su novio no tenía pesadillas algunas, así que notablemente la hizo despertar también.

- ¿Estas bien Wyatt? - Recibió un abrazo fuerte de su novio que sudaba asustado. - ¿Tuviste un sueño.

- Fue una pesadilla. - Negó Wyatt abrazandola aún manteniendola contra su pecho desnudo. Su novia alcanzó a oir el sonido de su fuerte latido, estaba muy asustado, demasiado asustado, esa era su pesadilla y se había sentido tan real para Wyatt que sus manos aún temblaban.

- ¿Quieres leche caliente? - Preguntó Lili en su cuello.

- No, yo creo que no... - Ella negó, pues sabía que él lo necesitaba.

- Las cosas dulces antes de ir a dormir siempre te dan pesadillas Wyatt. - Decía Lili conociéndolo a la perfección. - Te dije que no debías tomarte sólo ese chocolate caliente. - Negó ella levantándose un poco, esperando a que su novio dejará de abrazarla para ir a calentar leche y que le ayudará a dormir. - ¿Qué pasa? -

- Fue una maldita pesadilla del infierno. - Entonces su novia alcanzó a ver los ojos cristalinos de su novio, no estaban llorosos, pero seguramente lo estarían pronto.

- Adivino ¿Fue papá? -

- Estabas muerta. - Ella contuvo su aliento un momento y luego lo abrazo aún más, sabía que algunos sueños eran tan reales que podían hacerte levantar de buen humor y sonreír todo el día, pero existían aquellos que te querían hacer llorar y fundirte en la miseria.

- Mala suerte la tuya aún estoy aquí. - Quiso bromear, pero no era gracioso. - Wyatt sólo no te preocupes sólo fue eso, una pesadilla ya pasó. - Palmeo la espalda de su novio con la esperanza que se le pasará. - Relájate ¿Si? - Abrazo fuerte a su novio reconfortandolo, estaban juntos en eso y sabía de primera mano que ambos tenían miedo, sólo intentaban ignorarlo para no hacerlo tan notorio. - Vamos voy a prepararte algo rápido. - Ambos se levantaron de madrugada, Lili más adormitada que Wyatt que aunque tomara algo no volvería a conciliar el sueño en paz.