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Tn estaba recostada en el sofá, boca abajo y viendo a la nada, aburrida. Alguien llamó a la puerta, y al no obtener respuesta entró.

– Hola... ¿Tn? –llamó.

El recién llegado se encaminó a la sala, viendo a la chica en el sofá. Suspiró.

– Pensé que no estabas.

– Sí estoy –se giró, quedando boca arriba para mirarlo.– ¿Por qué sigues tocando si tienes la llave?

– Por respeto, es tu departamento, no el mío.

– Aja... ¿Qué quieres?

– Vengo a verte –se cruzó de brazos.– Tienes menos vida que un cadáver, ¿Qué sucede?

– Estoy muerta por dentro. Siguiente pregunta.

– ... –suspiró, rodando los ojos.– Como sea, levántate.

– ¿Para qué?

– No lo sé, sólo levántate de ese sofá.

– ¿Con qué objeto?

– Tn, maldita sea... –gruñó.– Al menos saliste de la cama.

– Sí...y me aburro...

La chica se removió, dejando su cabeza colgando al borde del sofá. El peliazul puso los ojos en blanco y se acercó a ella.

– Arriba, vamos –tomó su mano, jalándola para levantarla.– Ven aquí.

– Nooo, déjame...

Ayato la soltó y bufó, pensó un momento, dejó la bolsa de plástico que cargaba sobre la mesa de café y se acercó a la chica, tomándola en brazos y haciéndola pegar un pequeño grito.

– ¡Idiota! –suspiró.– Casi me matas.

– No voy a hacerte nada –rió.– ¿Estás aburrida?

– ¿No es obvio?

– Bien, ponte una chaqueta –la bajó.– Rápido.

– ¿Para qué?

– Estoy seguro de que no has bebido nada aún, te llevaré a tomar un café.

– ¿Tú? ¿Invitarme a mí? ¿Una cita?

– N-No es una cita, muévete.

– Que molesto eres –suspiró.

Tn se encaminó a su cuarto con pereza. Ayato negó con la cabeza y sonrió, tomó la bolsa y se dirigió a la cocina. La chica buscó una chaqueta y volvió con el peliazul, él le sonrió y ambos salieron del departamento.

Caminaron un poco por las calles del distrito, hasta llegar a una cafetería; entraron, tomaron asiento y ordenaron algo, él un café y ella un café helado.

– Estás pálida.

– ¿De verdad? –preguntó mientras posaba una mano en su mejilla.

– Sí, ¿Te sientes bien?

– Sí.

– Hm... ¿Hace cuánto no sales?

– Pues... –miró hacia arriba, pensativa.– Desde que me llevaste al departamento.

– ¿Cómo? –preguntó con algo de sorpresa.– Tn, no puedes estar encerrada tanto tiempo.

– ¿Para qué saldría? No tengo nada qué hacer y a dónde ir, así que... –levantó los hombros.

– Tn...

– ¿Qué? Además, ya estoy acostumbrada a estar encerrada, ¿O crees que Hiro me dejaba salir así como así?

Blue Knees 🥀 Ayato/Haise/Shuu 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora