🥀 11

566 52 8
                                    

Tn llegó a su departamento, algo agotada pues había caminado desde la guarida de Aogiri hasta casa. Se dirigió al baño y abrió el agua, dejando que la bañera se llenase mientras ella se desvestía; se metió a la tina y cerró el agua, cerrando los ojos para relajarse. Ahora que estaba segura de que Haise era un ghoul, debía darse un baño después de estar con él o Ayato, para que el primero no sintiese el aroma del segundo y viceversa. Minutos después, salió del baño y fue a su cuarto, para vestirse y alistarse.

Una hora más tarde llegó Haise, esta vez más calmado que la vez pasada, no tan estresado. Tn lo recibió de brazos abiertos.

– Bienvenido, bae –se abalanzó sobre él, abrazándolo por el cuello.

El investigador rió y tomó a la chica por los muslos, levantándola, haciendo que ella le rodee la cintura con las piernas; debido a que llevaba una falda algo corta, esta se subió.

– Hoy seré completamente tuyo, babe –rió, sonrojado.

– Me encanta.

Él entró y cerró la puerta con el pie.

– ¿Qué tal el CCG ayer?

– Bien, tuve una reunión con Akira, además un ghoul de Aogiri atacó a un escuadrón, pero están todos bien.

– ¿Ghoul de Aogiri?

– Sí, lo conocen como "Conejo".

«Ayato-kun...», pensó ella.

– Como sea, olvidemos mi trabajo por hoy. Tengamos una cita.

– ¿Cita? –ladeó la cabeza a un lado.

– Y-Ya sé que no somos novios, pero...me gusta estar contigo y consentirte.

– Está bien –asintió.– Como quieras.

– Genial –la besó.– Pero ponte una chaqueta, hace algo de frío afuera y tu ropa es corta.

– No te quejes, yo sé que te gusta cuando uso minifaldas –sonrió.

El albino se sonrojó, casi como un tomate. Ella soltó una pequeña risita.

– Si me bajas, iré por mi abrigo.

– L-Lo siento –rió.

En cuanto la chica quedó de pie en el suelo, giró y corrió a su cuarto para buscar su chaqueta.

Aquella tarde, Tn y Haise pasearon un poco por el distrito. Al atardecer, se dirigieron al departamento de ella, donde bebieron café mientras veían una película. Luego, mientras la joven lavaba las tazas, él se le acercó por detrás y la abrazó.

– Me gustas mucho... –dijo él, acariciando una de las piernas de la contraria.

Ella sonrió y giró. Ambos se besaron, beso el cual subió de tono rápidamente y terminó en la habitación.

[Día siguiente]

Tn despertó, miró unos segundos al joven investigador y se levantó, vistiéndose con su ropa interior y una camiseta holgada; salió del cuarto, yendo a la cocina para hacerse una taza de café. Se sentó sobre la barra de la cocina a beber aquello, cuando Haise apareció por el umbral, ya vestido, pero aún despeinado; él sonrió y se acercó a ella.

– Buenos días –la besó.

– Buen día –bebió su café y miró el reloj.– Es tarde ya, debes ir a trabajar.

– ¿No quieres que me quede un poco más contigo? –preguntó mientras la abrazaba, ocultando su rostro en el hombro de ella.

– No es necesario –bebió.

Haise la observó unos segundos, ella era tan fría como el hielo a veces. Suspiró y accedió a su petición.

– De acuerdo, entonces me voy. Nos vemos.

– Claro.

Haise besó la mejilla de la joven y se fue. Tn suspiró y volvió a dar otro sorbo a su café.

Tampoco quería darle falsas ilusiones al pobre Haise...

[Días después]

Haise llegó al departamento de la joven y llamó a la puerta.

Tn soltó un quejido, se levantó del sofá y se dirigió a la entrada, abriendo la puerta.

– Haise...

– Lo siento –hizo una reverencia.

– ¿Ah?

– Perdón por no venir antes –se enderezó, mirándola.– Estuve muy ocupado con el CCG, estamos tras un ghoul, trabajando con otro escuadrón, y al parecer está ligada con una subasta y-

Ella lo calló, besándolo. Él se sonrojó, correspondiendo.

– Está bien, no te preocupes.

– De verdad lo lamento –enseñó lo que traía tras su espalda.– Traje esto para compensar.

– Son muy lindas –tomó el ramo de rosas rosas.– Gracias, Haise.

– No es nada –sonrió.– Hoy te compensaré, ¿Qué tal si vamos a tomar un café?

– Está bien –asintió– Deja que me cambie primero.

– De acuerdo.

Ambos entraron al departamento. El joven investigador tomó asiento en uno de los sofás. La joven dejaba aquel ramo en el florero, reemplazando las rosas marchitas que el peliazul le había regalado hace unas semanas, y luego subió a su cuarto para cambiarse de ropa.

Una vez que la joven estuvo lista, ambos salieron del departamento, subiendo al vehículo de él. Pasearon un poco, mientras conversaban.

– Encontré una cafetería muy buena hace unos días, vine con mi escuadra.

– ¿De verdad?

– Sí. ¿Qué te parece si vamos allá?

– Claro –lo miró.–, mientras tengan pasteles...

Él rió.

– Estoy seguro de que hay algo dulce para que comas.

– Eso espero –sonrió.

Minutos después, el vehículo se detuvo frente a una cafetería. El joven bajó y dio la vuelta al auto, para abrirle la puerta a la joven y ayudarla a bajar.

– No es necesario que me abras la puerta siempre, ¿Sabes?

– Sí, pero me gusta hacerlo.

Ella soltó una pequeña risita y miró el cartel que se encontraba delante del edificio, el cual pertenecía al café.

– ¿Re?

– Sí, es un nombre curioso, ¿No?

– Algo, sí –lo miró.– Vamos.

Él asintió y dobló su brazo, ella sonrió y tomó el brazo del contrario; ambos entraron a la cafetería.

– Vaya... –murmuró.

– ¿Uh? –la miró.– ¿Qué ocurre?

– Hm. N-Nada, es sólo que...el aroma del café es delicioso, y...algo conocido.

– ¿Ya has venido?

– No –lo miró.–, pero el aroma se me hace familiar.

– Ya veo –sonrió.– Bueno, sentémonos.

– Sí –asintió.

Ambos tomaron asiento en una de las mesas; en seguida, una joven se acercó a ellos, una peliazul de cabello corto y rostro familiar.

– Bienvenidos –saludó.

Ambos la miraron. Haise sonrió, saludándola; Tn, al contrario, abrió los ojos con sorpresa.

«¡¿T...T-Tou...ka...?!», gritó en su mente.

Blue Knees 🥀 Ayato/Haise/Shuu 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora