Blue Knees 🥀 Ayato/Haise/Shuu 🔞

🥀 8

Ayato terminó de hablar con Tatara y se dirigió a su cuarto, buscaría su chaqueta e iría a ver a Tn, pero antes de entrar una voz femenina lo detuvo.

– Ayato –llamó.

Él giró, sin soltar el picaporte, viendo tras de sí a su amiga castaña.

– Oh, Hinami.

– Te estaba buscando.

– ¿Qué sucede?

– Hablé con Saeki.

– Ya veo...Bien, entra.

Él abrió la puerta de su cuarto, dejando pasar a la chica y entrando tras ella, cerrando luego la puerta; se miraron.

– ¿Qué te dijo?

– Tuvo un cliente a quien llevó al trabajo, y al llegar notó que era una clínica de salud mental, así que le preguntó.

– ¿Y...?

– Él es psicólogo, y le dio su tarjeta a Saeki –extendió su mano a él, enseñando un pequeño papel.

El peliazul tomó aquel papel y lo observó, viendo que era una tarjeta de presentación.

– Dr. Oshiro, ah.

– Sí. Ahí están la dirección y el número, puedes averiguar cuánto costaría una cita y llevar a Tn-chan.

– Sí...lo intentaré –la miró.– Gracias, Hinami.

– No es nada –sonrió.– Por cierto... ¿Se lo has dicho?

– ¿Lo del psicólogo? –ella asintió.– Aún no.

– Debes decirle, no puedes llevarla a la fuerza, así no funcionará.

– Lo sé... –suspiró.– Cuando vaya a verla se lo diré.

– Bien –sonrió.– Y si te pregunta el por qué, dile la verdad.

– ¿A que te refieres?

– Dile que te gusta, y que te preocupas por ella.

Ayato se encogió de hombros, sonrojado. Hinami rió.

– Tal vez si se da cuenta de que hay alguien dispuesto a ayudarla y hacer todo por ella, sea más fácil el que acceda a ir.

– Uhm...C-Claro, lo intentaré.

– Bien –sonrió.– Avísame si necesitas algo más, y saluda a Tn-chan de mi parte cuando la veas –abrió la puerta.– Nos vemos.

La castaña se fue, cerrando la puerta tras de sí. El chico sonrió y volvió la vista a la tarjeta.

[Más tarde]

[Depto. de Tn]

Tn y Ayato se encontraban en el sofá del departamento de ella, viendo una película. De pronto, él habló:

– Tn –llamó. Ella lo miró.– Yo...Ah –tragó saliva, dándose la fuerza mental para decir lo que quería.– Yo...M-Me gustas...y te amo –confesó, sonrojándose. Se acercó a ella y la besó.

Ella se dejó besar, pero no cerró lo ojos. Estaba tan rota por dentro que un beso no le hacia sentir nada ya...

– Ayato-kun...

La chica volteó la mirada. Quería a Ayato, mucho, pero no estaba lista para amar...no después de todo lo que había sufrido...Sabía que él no la lastimaría, pero temía lastimarlo ella a él.

– Me haré café –lo miró.–, ¿Quieres? –dijo, evadiendo el tema.

– ¿Qué? –preguntó desconcertado.