Blue Knees 🥀 Ayato/Haise/Shuu 🔞

🥀 Epílogo (Alternativo 1)

Touka le sonrió a la menor y salió del cuarto, cerrando la puerta. Los tres de afuera la miraron ansiosos, esperando por una conclusión. Hinami también tenía ansias de saber.

– ¿Y bien?

– ¿De quién es...el bebé?

– Nos tiene ansiosos a los tres.

– Chicos...el bebé es de...K-Kaneki...

Todos abrieron los ojos con sorpresa. Kaneki sonrió, mientras sus ojos se cristalizaban, y se dirigió rápidamente a la sala.

– Tn –llamó.

Ella lo miró y sonrió.

– Ken.

– El bebé...

– Sí.

– Oh... –sonrió y se acercó a ella.

– Se parece a ti, ¿No?

– S-Sí –rió, secando sus lágrimas.– Lo siento –la miró.– ¿Puedo...cargarlo?

– Claro –sonrió.

El albino tomó al bebé en sus brazos con cuidado.

– Su nombre...

– Kohaku.

– ¿Kohaku? –la miró.

– Sí. Era...el nombre de mi hermanito...

– ...Está bien –sonrió.– Entonces... –miró al bebé.– Kohaku...Kaneki.

– Sí –rió.

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.

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[6 años después]

Desde entonces, la ciudad de Tokyo ha cambiado. la 'Guerra Dragón', como le llamaron, terminó. El oviducto fue destruido y los brotes de ROS prevenidos; los monstruos que salían de los oviductos restantes fueron apodados "dragones huérfanos". El CCG fue disuelto, y en su lugar se formó el TSC (Comité de Seguridad de Tokyo), conformada por la mitad de antiguos oficiales del CCG y algunos ghouls.

Tn y Kaneki se casaron poco después del nacimiento del pequeño. Ella comenzó a trabajar en una biblioteca, organizando libros y demás; actualmente estaba embarazada otra vez, tenía ya casi 3 meses. Él comenzó a trabajar para el TSC, tanto en oficina como en el Frente Unido.

[Residencia Kaneki]

Kohaku estaba sentado en el sofá, leyendo un libro, y en la mesa de café tenía una taza de café junto a una porción de pastel; era medio ghoul, igual que Eto, y por ello podía comer comida humana y comida ghoul. Tn estaba sentada a su lado, leyendo un manga; también tenía una taza de café en la mesa, para beber mientras tanto. El timbre sonó; ella dejó su manga sobre la mesita y se dirigió para atender.

– Oh, Hide –sonrió.– Bienvenido.

– Hola, Tn –sonrió.

– Pasa, por favor.

Él entró y ella cerró la puerta. Ambos se dirigieron al living, atrayendo la mirada del niño; este sonrió, dejó el libro a un lado y saltó, corriendo hacia el pelinaranja.