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Se despertó agitada y empapada en sudor en medio de su cama. Las manecillas del reloj antiguo que había heredado de su abuela, y que desde entonces presidía la mesilla de su habitación, aún marcaba las cinco de la mañana. Las sábanas en el suelo demostraban lo movida que había sido su noche... Pesadilla tras pesadilla.

Abrió los ojos un poco más. 

Estaba desorientada. 

Tardó unos minutos en darse cuenta que nada de lo vivido había sido real, y que se encontraba en su habitación. 

- ¿Kate? - susurró una voz cariñosa y seductora desde la butaca situada al lado de la ventana.

La joven desvió su mirada hacia el sonido de esa voz y se encontró con un hombre rubio, apuesto, y con brazos bien definidos. Tardó en darse cuenta de que se trataba de su marido.

El joven encendió la luz. 

Y ella se dio de bruces con unos bonitos ojos azules.

- Tranquila... - susurró Nick para después besar la frente de su mujer con delicadeza -.

La cabeza de Kate empezó a recibir imágenes de golpe. 

Y fueron otros ojos azules los que se colaron en sus recuerdos. 

En sus pocos y escasos recuerdos.

- ¿Castle? - preguntó ella cerrando los ojos con fuerza tratando de que el recuerdo del hombre que aparecía en su mente no se diluyese. 

- ¿Castle? ¿Quién es Castle, cariño? - le acarició con ternura la mejilla -. 

Ella volvió a tumbarse sobre la cama, estaba demasiado cansada como para poder seguir articulando palabras. Los párpados le pesaban y amenazaban con volver a sumirla en un profundo sueño. Pero la imagen de ese extraño hombre moreno de ojos azules seguía clavado en su mente, y no se marchaba. ¿Sería tan importante para ella? ¿Quién era ese hombre? 

- Poco a poco, mi amor... - susurró Nick besando la cabeza de su mujer antes de volver a la butaca desde donde la había estado velando noche tras noche desde que volvió a su vida. 

Kate Beckett se volvió a dormir con el recuerdo de ese hombre en su mente fragmentada y dañada. 

Pronto volvería a recordar todo aquello que le habían robado sus enemigos provocando aquel accidente que casi termina con su vida y que la había sumido en una profunda amnesia temporal.

**

En otra parte de la ciudad, un hombre se despertó de golpe en medio de un bosque. Tenía la camisa rota y el cuerpo magullado y lleno de sangre. Temblaba de frío.

- Kate... - fue lo único que acertó a susurrar Richard Castle antes de volver a caer inconsciente. 


Unbreakable (Caskett)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora