Miedo

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Autora: Nuevo capítulo... ¡Sigo esperando comentarios con críticas constructivas! ¡O para saber vuestros pensamientos! :) 

Cuando Castle entró al interior de la cabaña en busca de ayuda, no pudo ver absolutamente nada, ya que se encontró con la máxima oscuridad en el interior. Se tropezó con lo que parecía ser una silla mientras buscaba a tientas el interruptor de la luz, o algo que le permitiera alumbrar levemente el lugar en el que se encontraba. 

Pero nada. No conseguía dar con ningún interruptor, y mucho menos con una linterna. Y tampoco había ninguna luz en el exterior que se colase por las ventanas permitiendo ver algo del interior. 

Volvió a tropezarse con lo que parecía ser una mesa, haciéndose daño en el costado herido, ahogó un grito y se cogió con fuerza la herida maldiciendo en bajo. 

Fue entonces cuando oyó un click, y no precisamente el de un interruptor de la luz. Cerró los ojos, y en apenas segundos sintió la pistola cargada en su sien. 

***

- ¿Te apetece ir a dar un paseo? - preguntó Nick a su mujer mientras le llevaba una bandeja con comida y café a la cama. 

Beckett miró el café detenidamente durante unos segundos antes de contestarle. 

- No, no me apetece mucho, prefiero quedarme en casa... - se limitó a decir sin apartar la mirada de la taza que sostenía entre sus manos.  

- El médico dijo que era bueno que salieses, y apenas lo haces, amor... - Nick suspiró acariciando el brazo de su mujer con ternura. 

Beckett levantó la vista para encontrarse con los ojos azules de su marido, y se quedó observándolos durante varios segundos en silencio. 

- No es el café que me gusta... - se limitó a decir la inspectora después de probar un sorbo. 

Nick entrecerró levemente sus ojos mientras cogía la barbilla de su mujer para que le mirase sin entender muy bien qué estaba sucediendo. Por un momento el abogado pensó que la memoria de su mujer estaba más tocada de lo que se creía. 

- ¿Cómo que no? - preguntó Nick algo desorientado - es el que siempre has tomado, bueno, el que siempre te he preparado, cariño... 

Beckett suspiró para sus adentros. 

- A mí... A mí me gusta con leche desnatada y dos terrones de azúcar con vainilla - tragó saliva y miró a su marido a los ojos - como... - estuvo a punto de decir "como me lo prepara Castle", pero se detuvo a tiempo.

Nick se rasó la nuca con nerviosismo. ¿Cómo era posible que llevase dos años casado con ella, más varios de noviazgo, y no supiese como le gustaba el café a su mujer? ¿Por qué no se lo había dicho? ¿Es que acaso tenía que fijarse él en todo?

- Nunca me lo dijiste... Siempre te lo he puesto así y nunca te has quejado - se volvió a rascar la nuca con visible nerviosismo - quizás solo sea cosa de la memoria, Kate, cielo, tú no... 

Pero ella le interrumpió antes de que pudiese terminar la frase. 

- No es cosa de la memoria... Es cosa tuya - dijo secamente. 

- ¿Cómo dices? - le respondió Nick tratando de no alterarse - mira, no nos vamos a poner a discutir por un mísero y estúpido café, Katherine. Solo me he equivocado en los terrones de azúcar con... con eso que quieres... - la mirada de reproche de Kate, le hizo callarse de golpe. 

- A eso me refiero... Nunca me escuchas - Kate devolvió el café a la bandeja y se tumbó de lado en la cama dándole la espalda. 

Nick cogió la bandeja con visible enfado y salió de la habitación para dejarla en la cocina mientras le daba vueltas a la extraña actitud de su mujer. Él se desvivía por ella, la amaba con todo su alma, la cuidaba... ¿Y ahora ella se lo pagaba así? ¿Por un café era necesario ese enfado? El abogado no entendía nada, por lo que decidió volver a la habitación para pedirle explicaciones a su mujer. 

Pero no pasó más allá del marco de la puerta. 

Sonrió con ternura ante la bonita imagen que tenía delante sus ojos. Kate se había quedado completamente dormida abrazada a la almohada. Se acercó con cuidado y se puso de cuclillas a la altura de su cara. Su mujer era preciosa, realmente preciosa, y sin poder evitarlo le acarició con ternura la cara mientras escuchaba la respiración acompasada de la mujer de su vida. 

- Lo siento, Kate... - susurró Nick - prometo escucharte más... - besó su frente y salió de la habitación cerrando la puerta. 

Beckett abrió los ojos y suspiró resignada. 

- Eso es mentira... - se dijo para sus adentros, y una lágrima brotó de sus ojos. 

***

Castle levantó los brazos tratando de pedir piedad, pero la persona que se encontraba detrás de él apuntándole con una pistola, le lanzó con fuerza hacia delante. El escritor se tropezó, pero dio gracias de caerse sobre un sofá. 

La luz por fin se hizo en la estancia. 

- No te... - los ojos de Castle se cruzaron con los del hombre que sostenía el arma sin dejar de apuntarle - ¿Castle? 

Castle tragó saliva y bajó inmediatamente los brazos para volver a cogerse la herida que cada vez tenía peor pinta. 

- Ayuda... - se limitó a decir tumbándose en el sofá. 

Unbreakable (Caskett)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora