Pandora

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Autora: ¡Feliz nochebuena, queridos lectores y lectoras! 😘 Muchas gracias por leerme siempre, e infinitas gracias a los que siempre me escribís comentarios, ya que eso anima mucho a seguir adelante con las historias. ¡Qué tengáis una noche maravillosa! ❤

El capítulo más largo que escribí en mi vida. Os dejo con Pandora...

***

Lanie bufó mirando la pantalla de su móvil. ¿Qué diablos estaba haciendo Beckett? ¿Por qué no le cogía el dichoso teléfono? Era la décima vez que trataba de contactar con ella ese día. Lo intentó cinco veces por la mañana y ahora otras cinco veces por la tarde, ya que su trabajo le impedía intentarlo más veces aún, pero siempre le saltaba el maldito contestador de su amiga con esa voz tan jodidamente sexy que tenía y por la que siempre habían bromeado. Bufó mirando el despacho vacío de la capitán desde el escritorio de Esposito, que le miraba entre preocupado y contrariado por no tener respuesta por parte de su amiga y capitán.

- Quizás quería desconectar de todo... - trató de ayudar Ryan uniéndose a la causa tras haber ido a por tres cafés - por eso pidió el día libre - entregó uno de ellos a su compañero, y el de Lanie lo dejó sobre la mesa, ya que ahora la forense estaba demasiado ocupada.

- No hemos pensado en esa posibilidad... - pero Esposito se calló al encontrarse con esa mirada de Lanie que tanto le ponía, pero que tanto miedo le daba en esos momentos. 

- Beckett no se ha pedido ni un día libre desde que... bueno, ya sabéis - la forense no necesitó decir nada más, ya que sus dos compañeros le entendieron perfectamente asintiendo con la cabeza - que Beckett no venga a trabajar significa lo peor... O mejor dicho, ponte en lo peor.

- ¿Y si vamos a su casa? - preguntó Ryan encogiéndose de hombros.

- No está - se adelantó a decir Esposito ante el asombro de Lanie - he ido cuando salimos a patrullar... No hay nadie - vio que Lanie iba a replicarle, pero se lo impidió adelantándose a sus pensamientos, se conocían demasiado bien, tanto anatómica como psicológicamente - sí, el portero me confirmó que había salido hacía bastante... 

Lanie volvió a probar a llamar, pero esta vez con los padres de su amiga, el querido matrimonio de abogados Beckett, pero estos tampoco le cogieron el teléfono. La forense no quiso insistir más, tampoco quería molestarles ni preocuparles, era evidente que su hija no estaba con ellos. Lanie lanzó el móvil encima de la mesa y se cruzó de brazos mirando al frente, como si pudiese ver a su amiga sentada sobre la silla de su despacho, como un día cualquiera, mordiendo el lápiz pensativa, moviéndose por el despacho con esa gracilidad que ella tenía, o riendo abiertamente con cualquier tontería. La tenía que encontrar cuanto antes, no lo iba a permitir, Beckett era su otra mitad, su amiga del alma, su niña. Aunque estaba muy enfadada con ella, no soportaba el hecho de imaginársela como en su pasado, no, seguro que Beckett estaba ocupada con otras cosas, seguro que se le había pasado el disgusto ya. La forense rezó por estar equivocada, pero tenía un mal presentimiento. 

Dios no, tenía que ser así, tenía que estar equivocada, no podía ser de otra manera, pero necesitaba verla para confirmar que no había vuelto a empezar de nuevo. 

- El escritor - Lanie se giró hacia ellos saltando de la mesa donde hasta hacía unos momentos tenía apoyado el trasero - búscame la dirección de casa de Castle, Javi... 

- No creo que... - Lanie entrecerró los ojos y le echó una de sus miradas asesinas - vale, ya voy... Ahora mismo la tienes. 

Unbreakable (Caskett)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora