Confesiones

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Autora: no sé si este va a ser el último capítulo para esta historia... Me parece un bonito momento para terminarla antes de correr el riesgo de estropearla. 

Quizás el próximo sea un epílogo, aún no tengo muy claro qué hacer, si continuarla o no. 

¡Muchas gracias a todos y todas por leer! ¡Y sobretodo a los que dejáis mensajes de ánimo siempre!

***

- Kate... - susurró Castle separando ligeramente su boca del cabello de la capitán tras dejarle un dulce beso sobre la cabeza - ¿seguro que no prefieres que me vaya? - preguntó Castle cuando consiguió la atención de Beckett, que se separó ligeramente para mirarle a los ojos elevando ligeramente su cabeza - prometí respetar tu espacio... 

Ella negó y volvió a abrazarse al cuerpo del escritor en silencio. Permanecieron durante varios segundos sumidos en sus pensamientos, disfrutando de la soledad compartida, y dedicándose pequeñas caricias, él sobre la espalda de ella, y ella sobre uno de los brazos con los que él la estaba envolviendo de forma protectora. 

- Quédate, por favor... - susurró Beckett escondiendo la cabeza sobre el pecho del escritor, haciendo que éste no pudiese evitar reprimir una sonrisa al ver lo mimosa que se había vuelto sin darse cuenta de ello. 

Castle cerró los ojos aspirando el dulce aroma a cerezas que emanaba de la mujer que amaba, y supo que quizás era ese el momento de abrirse a ella. No quería volver a dejarla sola y que siguiese sufriendo pesadillas, necesitaba estar con ella, velar sus sueños, besarla, amarla, llevarla a la locura, demostrarle cuánto la amaba con gestos, palabras y caricias. 

Quería estar con ella y que fuese la madre de sus futuros hijos. 

- Quiero confesarte algo, Kate... - suspiró Castle cerrando los ojos en el momento que pronunció esas palabras, ahora ya no había marcha atrás. 

Beckett frunció el ceño y se separó de su cuerpo para mirarle a los ojos tumbada de lado sobre la cama. Castle hizo lo mismo, pero se tumbó boca arriba mirando el techo de la habitación, aún no estaba preparado para mirarla a los ojos, temía derrumbarse a las primeras de cambio si lo hacía. 

- ¿Sobre qué? - preguntó Beckett sin entender a qué se refería, aunque lo podía llegar a intuir. 

Castle carraspeó y sintió como su corazón comenzaba a bombear sangre con demasiada rapidez. Nunca le gustó abrirse, siempre le costó demasiado hablar sobre ese tema, y, a pesar de que logró confesárselo a los amigos de Beckett, con ella era diferente, le daba miedo su opinión, lo que podría llegar a pensar, valoraba demasiado a esa mujer. 

- Te mereces una explicación a mi actitud... A por qué te traté así - Castle tomó aire, pero sintió que apenas le llegaba los pulmones. 

El escritor entrelazó sus manos con nerviosismo sobre su abdomen mientras trataba de contar las pequeñas estrellas que adornaban el borde del techo del apartamento de Beckett buscando así ser capaz de manejar sus nervios. De pronto, sintió como la mano de Beckett tomaba sus manos entrelazadas propiciándole pequeñas caricias reconfortantes con el dedo pulgar. Castle desvió ligeramente la cabeza para mirarla a los ojos, y no pudo evitar dejar una suave caricia sobre el rostro de la capitán, que le miraba con una pequeña sonrisa tratando de infundirle ánimos y hacerle ver que podía confiar en ella.

- Perdí a mi hijo - confesó Castle volviendo a mirar al techo, sabiendo que las lágrimas le iban a traicionar de un momento a otro - en ese accidente no solo perdí a mi mujer... También perdí a mi hijo - la voz del escritor se quebró ligeramente y decidió parar para tomar aire y ser capaz de controlar sus emociones antes de continuar con la confesión.

Unbreakable (Caskett)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora