Infiltrada

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Autora: nuevo capítulo... Nunca os fiéis ni de mí, ni de estos dos ;)

***

Beckett permanecía tumbada boca a bajo, completamente desnuda, únicamente tapada por una fina sábana que cubría desde el final de su espalda hasta sus largas piernas. Su mejilla reposaba sobre la almohada mientras observaba a Castle en silencio, él vestía solo sus calzoncillos y estaba tumbado ligeramente de lado hacia ella, realizando pequeños círculos y caricias sobre la suave y desnuda espalda de Beckett. La capitán cerró los ojos en más de una ocasión debido al roce de los dedos del escritor haciendo círculos sobre su piel, se sentía bien, su roce la calmaba, la tranquilizaba, la relajaba. Los ojos de Castle se encontraron con los de ella, que le miraban en silencio, dubitativos, pensativos, pero aún así se veía bonita totalmente despeinada, y además su piel era suave, muy suave, exquisita, sus dedos  no se cansaban nunca de ella, ansiaban seguir acariciándola.

Habían hecho el amor como nunca antes. Bien es cierto que no habían tenido mucho sexo aún, pero este polvo había sido espectacular. Ambos lo sabían, sus pieles aún gritaban de placer. Por eso ninguno se atrevía a hablar, querían guardarse eso que tenían para ellos un poco más. 

Ninguno de los dos supo cuanto tiempo habían pasado en silencio. Desde que habían terminado de hacer el amor, ninguno había dicho nada, habían permanecido tal y como estaban ahora. Beckett se giró para ponerse de lado y poder hablarle, deseaba romper con ese silencio, que lejos de ser angustioso, les hacía sentir a ambos bien, pero no podían seguir así. Fue entonces cuando sintió el frío sobre sus senos y se tapó inmediatamente con las sábanas al darse cuenta de que seguía desnuda, que solo le cubrían sus finas braguitas. Beckett se había vuelto algo pudorosa en esos momentos, pero es que la mirada de deseo que le había dedicado Castle no la ayudaba en su propósito por comenzar a confesar. Ella no necesitaba sentirse como la presa de ese hombre, dispuesto a morderla en cualquier momento de nuevo, como si fuese un león a punto de atacar a esa pobre cebra, necesitaba contarle la verdad y que él decidiese que quería hacer en el futuro con su relación. Beckett necesitaba soltarlo todo, aunque eso significase el fin. Al menos, para consuelo de la capitán, el escritor le había vuelto a hacer el amor, ¡y de qué manera!, aunque fuese por última vez. 

- Rick... - Beckett carraspeó para aclararse la voz y consiguió con ello captar la atención del escritor - no te muevas... Voy a por esos papeles. 

Castle no dijo nada, permaneció en silencio, observando como ella se levantaba envuelta en la sábana, para después, de espaldas a él, dejarla caer en el suelo mientras cogía una camiseta de su armario. El escritor recorrió con la vista la espectacular figura de la capitán, sus impresionantes piernas, su perfecto trasero, la curvatura de su espalda, su largo cabello cayéndole por los hombros... Esa erótica imagen de Beckett hacía unos minutos encima de su cuerpo, con la perfecta visión de sus pechos agitándose por el vaivén de sus cuerpos buscando placer, su manera tan sensual de moverse encima de él, le atacó haciendo que sintiese calor, y por un momento estuvo tentado a levantarse de la cama y girarla para tener un primer plano de sus perfectos pechos, pero se contuvo las ganas de volver a empotrarla contra la pared y hacerle ver cuanto la deseaba. Porque él la quería, pero también la deseaba cada día más. Beckett dejó caer la camiseta por encima de su cuerpo y después desapareció por la puerta haciendo que el escritor suspirase en bajito al perder su imagen. Castle dejó salir todo el aire de su cuerpo ahora que ella no le veía y se colocó la camiseta para evitar estar solo en calzoncillos cuando ella volviese con la verdad. 

- Toma - dijo Beckett con las manos temblorosas extendiendo los papeles hacia Castle tras haberse subido a la cama y sentarse sobre ella. 

- ¿Seguro? - preguntó Castle con la voz ronca, y Beckett agradeció que por fin hubiese roto su silencio. 

Unbreakable (Caskett)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora