Primera cita romántica

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Autora: a partir de hoy, llegan una serie de capítulos que personalmente me encantan... ¡Espero que a vosotros también os gusten!

La extensión de este igual es demasiada... ¡Pero espero que lo disfrutéis!

***

- Espera - le dijo Richard Castle a Kate Beckett antes de que esta se subiese al taxi que les estaba esperando para llevarles al restaurante que el escritor había elegido para esa noche. 

Beckett detuvo su mano antes de tirar de la puerta trasera del taxi para abrirla y le miró frunciendo el entrecejo sin saber qué es lo que estaba sucediendo. Castle se mordió el labio tímidamente ante ese gesto tan tierno e inocente que se había formado en el bello rostro de la capitán, y se acercó a ella tomándola de la cintura. Ella le miró a los ojos cariñosamente, pero preguntando con la mirada, y él no pudo evitar acariciar su mejilla y recoger su pelo detrás de la oreja antes de acercarse a su oído para susurrarle el motivo por la que aún no la había dejado entrar en el coche.  

- Quiero vendarte los ojos... - susurró Castle en su oído antes de apartarse para volver a mirarla a los ojos y ver cuál sería su reacción. 

- ¿Qué? - respondió Beckett negando con la cabeza tratando de parecer divertida, pero en su interior no lo estaba en absoluto - no, ni de broma... - sonrió aunque visiblemente nerviosa. 

- Por favor, Kate... - suplicó Castle mirándola a los ojos de manera seria mientras tragaba saliva nervioso. 

El conductor asomó la cabeza por la ventanilla observando a ese par de tortolitos con una sonrisa en el rostro. A sus casi sesenta años, sabía lo que era el amor y lo que probablemente ese pequeño gesto por parte de ese hombre significaría, así que decidió ayudarle. 

- Hazle caso, mujer - exclamó el taxista sonriendo antes la impávida mirada de Beckett volviéndose hacia él sorprendida. 

Beckett abrió la boca levemente buscando las palabras para contestar a ese amable taxista, pero no lo hizo y se volvió de nuevo hacia Castle, que la seguía mirando demasiado serio, como si de verdad eso fuese sumamente importante para él. 

- Rick... - comenzó a decir ella, pero se detuvo cuando él agachó la cabeza abatido. 

- No, está bien, tienes razón - suspiró él mirando sus zapatos  para evitar el contacto visual con ella - tienes razón... No puedo obligarte a hacer algo así, perdona - caminó hacia el taxista y le dio una dirección escrita en un papel. 

Beckett se quedó parada en el sitio observando como Castle hablaba con el taxista en susurros y le daba una pequeña nota escrita a mano que debía contener la dirección del sitio al que iban a ir a cenar. Y mientras le observaba mover los brazos de manera divertida explicándole todo a ese amable hombre, sabía que en cierta manera acababa de estropear la magia que estaba teniendo esa noche, y no pudo evitar sentirse mal por haberse negado a ese simple e inocente gesto, pero le costaba mucho confiar a ciegas después de esa mala experiencia que había tenido en su vida, y que, a veces, aún la seguía atormentando. Beckett agachó la cabeza avergonzada cuando Castle se volvió hacia ella, y sin más preámbulos, sin forzarla, sin insistir más, le abrió la puerta del coche de manera caballerosa para que entrase al interior. Ella tardó unos segundos en dar un paso al frente, se había perdido en la seriedad y tristeza que reflejaban los ojos azules del escritor, pero dio ese paso, aunque finalmente no pudo entrar, su cuerpo se detuvo y se giró para mirarle a los ojos. Castle tragó saliva cuando los ojos de la capitán le miraron arrepentidos, y se aferró con más fuerza a la puerta que aún mantenía cogida con sus manos para cerrarla en el momento en el que ella ya se hubiese metido al interior. 

Unbreakable (Caskett)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora