Déjame ayudarte (Parte 1)

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Autora: os dejo con un nuevo capítulo, que desglosaré en dos partes, ya que esta parte ya es excesivamente larga... Una Beckett muy borracha y un Castle muy arrepentido. Creo que os va a gustar ;)

***

Castle depositó a Beckett con sumo cuidado en la cama de su dormitorio. Ésta se había quedado dormida en sus brazos durante todo el trayecto en el coche patrulla desde el callejón hasta su apartamento, y ninguno quiso hacer el más mínimo movimiento que pudiese interrumpir su sueño. El escritor la había subido en brazos por las escaleras, ya que Beckett vivía en un tercero y temía que con el ruido del ascensor se pudiese despertar. Castle sabía que no estaba en plena forma para subir tantas escaleras a pie con el cuerpo de Beckett en sus brazos, aunque pesase poco, pero sentir la respiración tranquila y pausada de la capitán sobre su cuello, plácidamente dormida como una niña pequeña y vulnerable, le había hecho sacar fuerzas de donde no las tenía. Y consiguió llegar arriba, no sin varias gotas de sudor cayendo por su frente, que para nada pasaron desapercibida en Espo, que pegó un codazo a Adam aguantándose la risa en el momento que le vieron entrar acelerado en el apartamento nada más que Lanie abrió la puerta con las llaves que Beckett tenía en el bolsillo derecho de su sudadera. 

Castle se sentó con cuidado sobre el borde de la cama, haciendo que el colchón descendiese ligeramente, y acarició la mejilla de Beckett con sumo cuidado, retirándole el pelo que se le caía por los ojos. Beckett se movió ligeramente hacia un lado y se quedó acurrucada abrazando la almohada como solía hacer cuando al despertar le molestaba la luz; Castle sonrió ligeramente ante ese gesto tan habitual en ella, y su mente viajó a esas maravillosas semanas atrás compartiendo amaneceres con ella. 

Un carraspeo detrás de él le hizo salir del hechizo al que le tenía sometido el bello rostro de la capitán durmiendo plácidamente, y se encontró con Lanie mirándole fijamente de brazos cruzados apoyada en el marco de la puerta. 

- No te pienso dejar con ella - susurró Lanie secamente mientras salía de la habitación de su amiga esperando que el escritor hiciese lo mismo tras ella.

Castle suspiró, se levantó con cuidado, tratando que el colchón no hiciese mucho ruido ni movimiento al levantarse, y se inclinó ligeramente par dejar un tierno beso sobre la frente de Beckett.

- Descansa, princesa... - sus ojos se iluminaron ligeramente emocionados - lo siento muchísimo, Kate... Lo siento muchísimo.

Castle rodó los ojos cuando sintió de nuevo la presencia de la forense detrás de su cuerpo. Había vuelto a entrar a la habitación, le tenía más que vigilado, apenas podía hacer nada sin que ella le siguiese mirando tan fríamente, sin duda le culpaba de todo lo sucedido con Beckett. Agachó la cabeza ante la dureza en la mirada de Lanie y caminó cabizbajo hacia el salón seguido de ella, que cerró la puerta de Beckett con sumo cuidado. 

- ¿Y por qué no? - preguntó Castle mirando al suelo mientras movía la pierna nervioso.

- ¿Y todavía tienes la cara de preguntar eso? - susurró Lanie tratando de no perder los modales y molestar a su amiga - ¡A esa situación la has llevado tú solito! ¡Que esté en esas condiciones solo es culpa tuya, Castle! - elevó ligeramente la voz, presa del enfado y la impotencia.

Esposito tomó a Lanie del brazo para hacerla entender que no debía elevar tanto la voz, ya que iban a molestar a Beckett. 

- Pero no sabía la verdad, Lanie... Yo... - Castle dejó salir todo el aire de sus pulmones y comenzó a pasear por el apartamento nervioso - yo la quiero... Ella es mi...

Unbreakable (Caskett)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora