Espada

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Dios había mandado a forjar la espada mientras el sol era creado y la primera combustión había provocado una pequeña explosión (equivalente a varios millones de Joules de energía), la primera explosión solar, cuya radiación hubiera matado a los seres de la Tierra, afortunadamente estos aún no aparecían.

Hasta ese momento, el todopoderoso no había planeado todavía que ángel sería merecedor de resguardar la puerta del Edén, el pequeño jardín que crearía para mantener a sus humanos alejados de todos los peligros, y de esa manera nada los matara y pudieran caer en la tentación, cuya idea estaba también todavía procesando, pero estaba seguro de que involucraría a una serpiente y a un fruto.

Dios sopló en la empuñadura de la espada de modo que dejara de ardery pudiera ser sostenida, mientras que la hoja seguiría ardiendo por el resto de la eternidad. Era un toque con el dramatismo necesario para su plan inefable.  Tras tenerla, visualizó a sus ángeles, quienes estaban en formación frente a los arcángeles, como él había ordenado. La caída todavía no sucedía. En la fila estaban ese par de ángeles que jamás se separaban y parecían ser la felicidad del otro, Dios no pudo evitar sentir un poco de tristeza al saber que uno de ellos caerían y que era probable que la brecha de su cercanía creciera a la medida de la profundidad de las cavernas del averno. Dios había decidido que a pesar de ver el futuro, no intervendría en sus propios planes y el libre albedrío de su creación, pero simplemente no pudo evitarlo.

Aziraphale recibió la espada flamifera, siendo uno de los pocos angeles que resguardaría el Edén,y Crowley, el demonio causaría la tentación de Eva, el único demonio en dicho jardín. Tarde o temprano tendrían que cruzar palabra. Fue más tarde de lo que Dios esperaba porque el ángel era en exceso apegado a sus mandatos, gracias a él mismo, que Aziraphale tenía la espada y la había regalado y eso había creado el tema de conversación. El creador le había dado a la espada propiedades de atracción.

Pero el objetivo de la espada no solo había sido crear tema de conversación entre ese ángel y ese demonio o que Adán y Eva la utilizaran para matar leones y criaturas salvajes para defenderse y comer, también, marcaría el inicio y fin del Armageddon. Un Armageddon en el que Dios había decidido no saber que pasaba para darle más emoción, lo único que sabía es que cuando la espada volviera a encontrar a su poseedor original, la guerra terminaría y se decidiría el bando ganador.

En cada gran batalla de la humanidad, la espada estaba cerca, y tras ella, Guerra, uno de los cuatro jinetes del apocalipsis, quien pudo por fin darle alcance cuando la segunda guerra mundial estalló, siendo el evento más catastrófico de la historia de la humanidad, cuando Hitler se distrajo en una de sus reuniones con Mussulini.  

Después de seis mil años, la espada encontró a Aziraphale, porque aunque nadie lo sabía, siempre supo que camino tomar para llegar a él, en el tiempo en que debía llegar. 

Crowley detuvo el tiempo y la espada brilló con una intensidad que no hacía desde el inicio de los tiempos. Marcaba el bando ganador. El lado justo, aquel que había unido antes de que todo hubiese empezado.

Fictober Good Omens 2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora