JULIANA
Cuatro días habían pasado desde que estaba en París. Cuatro largos días sin poder ver a Valentina, cuatro días sin poder darle si quiera un beso. ¿Cómo era posible que todo ella siempre ocupara toda mi mente? Nunca me había pasado algo parecido con otra persona, incluso nunca experimente la sensación que tengo desde que no la veo. La sensación constante de pensar todo el día en ella, de extrañarla más que nada en este mundo, de sentir que la quiero tanto que me desespero.
Al segundo día desde que llegue fui a la universidad y me entere de que esta la opción de continuarla a distancia, lo único que tendría que viajar de vez en cuando a rendir exámenes. También fui a hablar a mi ahora antiguo empleo y les comunique que ya no podía seguir trabajando.
Mis amigos también me hicieron una pequeña despedida, mi mamá también fue ese día. Me gustaba que ella estuviera presente.
Pero hablando de mi mamá. No podía evitar sentirme culpable por tener que dejarla. Desde que tengo memoria siempre he estado con ella, siempre reí con ella, llore con ella, me enoje con ella. Y ahora ya no la iba a tener cerca para que me dé un abrazo si me pongo sentimental. Ya no iba a estar para hacerme un te si me siento enferma. Ya no iba a estar para llegar a casa con una pizza porque no alcanzaba a cocinar. La noche anterior antes de irme la escuche llorar mientras hablaba por teléfono con una persona x. Le decía que me iba a extrañar mucho pero que estaba feliz de que yo fuera feliz. Ahí también me sentí un poco egoísta.
—¿Llevas todo? — Coloque la última foto en mi valija. Ella se sentó a los pies de mi cama y prosiguió hablando— Recuerda hablarme si tienes algún problema o si te sientes triste.
—Primero— Giré sobre mis talones y la miré— Llevo todo, segundo no te preocupes que posiblemente te llame todos los días a la noche.
—Va a ser raro no escucharte en casa— Sabia a donde iba todo esto.
—Mamá— Caminé y me senté junto a ella. Después la abrace— Tu casi nunca estabas en casa.
—Sí, pero siempre que llegaba a la noche abría tu puerta y corroboraba que tu durmieras.
—¿En serio? — Nunca me había dado cuenta de ese hermoso detalle— Nunca me lo dijiste.
—No me parecía necesario— Comenzó a acariciar mi pelo— Estas enorme, pensé que este momento no iba a llegar nunca.
—¿Querías que me vaya? — Hice una pequeña broma.
—Por mi te tendría toda mi vida conmigo...— Me aseguró— Pero sería demasiado egoísta de mi parte ¿No te parece? — Hizo una pausa— Es momento de que tomes tus propias decisiones, ya sean o no las correctas.
No llores Juliana...
Demasiado tarde.
—Una vez al mes voy a venir— Intente hablar sin quebrarme— Y espero que me cocines.
—Pides muchas cosas tu— Apretó mis mejillas— Pero prometo intentar cocinar algo.
—Te amo ma— La abrace por la cintura y apoye mi cabeza sobre su pecho.
—Yo también Juliana.
¿Por qué nos damos cuenta cuanto necesitamos a una persona cuando la tenemos lejos? Jamás me puse a pensar como sería el día a día sin mi mamá. Quizás es la costumbre de verla siempre y pensar que va a estar ahí toda la vida. Para que corras a sus brazos y sentirme protegida, o para discutir con ella porque siempre quiere tener la razón.
Recién ahora me daba cuenta de esas cosas.
VALENTINA
—Ya deja de sonreír como tonta— Deje mi celular y miré a Cotí.
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Ella, no él ▪Juliantina▪
Fanfic"Quizás hasta ahora puse mis ojos en la persona equivocada"